Canto de Ossanha, mi canción preferida de Vinicius de Moraes, Maria Creuza y Toquinho en La Fusa

Resulta que el 24 de enero de 2024 uno de mis canales de Youtube cumplió 5 años. Y para festejarlo, pues escribí en la sección "Comunidad" un texto alusivo al festejo.

En es escrito le contaba a quienes leyesen el posteo que luego de 5 años poseo solamente 500 suscriptores; y a contracorriente del algoritmo que me ignora (y también yo lo ignoro) soy como la nada; una nada que piensa, resuelve y genera sin esperar que otros se den cuenta que lo que hago lo hago por mí, a mi gusto, a mi tiempo.

También dije que voy, siempre, más allá de la creación, más allá de la conciencia y de el armado conceptual de un tópico determinado. Como bien dice mi mejor amiga: "vos sos el dínamo; y a partir de allí, todo fluye". ¿Qué suena egoísta...? Puede ser: lo que escribo, grabo, digo y dibujo lo hago por mí y me tiene que gustar y convencer a mí; y si luego ello gusta a otras personas, pues tanto mejor. Para festejar los 5 años y los 500 suscriptores de mi canal, entonces, posteé unas pocas palabras y que estaban referidas a cómo nació mi relación con la música. Que es la historia de una nena (en los '70) a la que no le interesaba que la sigan; que no me interesaba deslumbrar, polemizar ni destacar.
Pero mejor, voy a la historia. El primer disco que tuve en mi vida (tendría unos 6 o 7) me lo regaló mi abuelita. ¿Y qué creen que me regaló? Pues Vinicius, Maria Creuza y Toquinho en La Fusa. Mis padres, horrorizados, creyeron que no era música apropiada para una nena y que yo necesitaba algo mas "light" e infantil. Pues no: mi abuelita insistió que era música para educar, porque mi abuelita pensaba que la música y los libros eran artículos de primera necesidad (justo ella lo decía, que no había terminado la escuela primaria pero poseía una enorme cultura a base de lectura). Ese disco (y otros discos...) marcó mi destino. A Vinicius le siguieron Maria Callas, Frank Sinatra, Nino Bravo, Mozart, Los Jaivas, Ramona Galarza, El Trío Los Panchos... Y todo ello antes de mi adolescencia. Y qué decir de los libros: gracias a mis padres y abuelita, que alimentaban mis neuronas de voracidad incontrolable, antes de la adolescencia mis lecturas ya habían dado cuenta de Thomas Mann, Hermann Hesse, Borges, Bioy Casares, Emile Zola, Hemingway, Joseph Conrad... Todo influye para la construcción como ser y como comunicador. Y mis influencias son tatuajes imborrables y arterias vivas que se notan y sumergen una y otra vez en el pastizal de lo que hoy es la Comunicación de Masas. Voy a dónde casi nadie va, hago lo que no interesa ni repercute; escribo sobre cuestiones que no son populares. Pero no me importa: me gusta lo que hago, y eso es suficiente. Vengo del tocadiscos y de la máquina de escribir. Y hoy estoy aquí, con blogs, libros, y Youtube. Mañana no sé, ¿quién sabe? Me ronda por la cabeza de volver a la máquina de escribir; y también me ronda la cabeza perderme entre renglones y tiza y transformar esa energía inclaudicable con la que nací en un collage metafísico y transformador. Les confieso: del festejo no se enteró nadie, pues nadie me felicitó, nadie me saludó; nadie hizo el menor esfuerzo para comunicarse conmigo y decirme: che, Gabriela, te felicito, en verdad. Y entonces hice un festejo íntimo en el que me felicité a mi misma. Y qué mejor que poner una y otra vez mi canción preferida de Vinicius de Moraes, Maria Creuza y Toquinho, llamada Canto de Ossanha, la misma que tocaron en La Fusa y quedó inmortalizada en ese disco.


Imagen bajo licencia de Picryl.





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