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Quemarás, canción de WOS cantada junto al Indio Solari

Los choques de planetas musicales existen, y vaya que son extraordinarios. Porque no hace falta que un creador esté en comunión con otro, o que estén de acuerdo, o que sigan la misma línea compositiva, tónica y argumental. A veces solo es necesario el amor, el respeto y el espíritu de querer hacer algo juntos y compartirlo para que vibre la vida, la cultura y el universo. Sigo al Indio Solari desde que me acuerdo. Primero desde su carrera junto a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y luego su etapa solista y con sus grupos. Y si bien es cierto que el rock o el pop no me emocionan, la música del Indio siempre me apuntó al corazón. Desde hace unos años, también, lo acompaño junto a millones de almas en las instancias de su dolor, decaimiento y encierro. Con Wos me une el amor por su descarada improvisación, el talento musical y compositivo, su capacidad de crear atmósferas y situaciones que de otra manera no experimentaría ni viviría, y la versatilidad para adaptarse y reciclarse. Si debo resumir mi sentimientos para con los dos, diría que han logrado sacar de mí lo mejor de mi existencia, mi calidad humana y mi constructiva soledad. Y eso es muchísimo. Hace unos meses el Indio y Wos cantaron un tema juntos. Y mi alma cuan volcán saltó con lava amorosa por todos lados, salpicando incluso mis lecturas, mis escrituras en todas sus fases, la música que compongo y el arte que ejercito. Sé que a muchos les pasó lo mismo. Y gracias a los Dioses, ese magma exquisito sigue devorándome amorosamente mientras escribo estas palabras. Quiero quemarme, sí, quemarme en la letra, garra y compases de esta canción. Y que suene hasta la eternidad.



Catriel & Paco Amoroso en el Tiny Desk, ciclo de NPR, show de octubre de 2024

En octubre de 2024 ocurrió algo extraordinario en el prestigioso y excelso canal de Youtube NPR, muy famoso por sus descontracturados y geniales conciertos en sus oficinas de Washington DC. Estos mini conciertos muy íntimos y minimalistas se han dado en llamar Tiny Desk Concert.

Pues bien, durante ese octubre de 2024 salió al aire en el canal de Youtube NPR el set de 17 minutos de Catriel & Paco Amoroso, dos muchachos argentinos inclasificables y sin género musical que los contenga. Catriel y Paco no eran desconocidos en la escena musical argentina, antes al contrario; pero la dimensión que cobró el show a nivel mundial traspasó todos los pronósticos y expectativas. Ese vídeo ya tiene 23 millones de visualizaciones, y sigue sumando. De pronto, y ante los ojos y oídos atónitos de la audiencia de NPR, que es mayormente de habla inglesa, dos chicos desenfadados, distintos y relajados cantando en un absurdo español dieron una clase magistral de cómo hacer música Funk, Jazz, Trap, Bossa Nova, Pop, Indie y Tropical sin despeinarse ni inmutarse. ¿Se puede dar una clase de música a nivel académico en 17 minutos ejecutando 7 estilos diferentes? Estos chicos demostraron que sí. Catriel y Paco son músicos de formación académica (uno en la guitarra, arreglos y composición clásica; el otro en violín y batería); ambos se conocen y están juntos desde los 6 (y ya pasaron los 30 años); ambos saben tocar casi todo tipo de ritmo y género que se les ponga delante; y ambos no dudan en experimentar y jugar con plataformas, sonidos y mezclas. Hoy día poseen un proyecto de música robótica, antes tuvieron un grupo de rock, y antes de eso deambularon por el folk, el jazz, y todo lo demás. Deseo aclarar eso que dije del absurdo español: quizás lo único criticable de las canciones que tocaron y cantaron en el Tiny Desk es que son algo tipo letra reggaetonera y muy insípidas e insulsas. En mi opinión, las letras banales que dicen poco y nada sirven para descontracturar y salirse un poco de los mensajes y metamensajes que ya a veces hartan un poco. Estos muchachos son el paliativo ideal a una sobredosis de Bob Dylan, cantautor que dice mucho todo el tiempo y baja línea desde hace más de 60 años, y cuyo discurso ya me tiene hasta la coronilla. Aunque no lo crean, pero créanlo, el Tiny Desk de Catriel y Paquito, que en realidad se llama Lucas, está considerado el mejor de la historia de NPR.
Que así sea.



La Danza de Los Mirlos, mi tema preferido de Los Mirlos (todo muy redundante, ya sé)

Estuve sopesando con qué obra sonora empezar el año 2025, y me he decantado por la cumbia psicodélica peruana. Quién me conoce sabe que mis preferencias no pasan por el rock, blues o el pop sino por la cumbia, la bossa nova, la salsa y el mambo; el tango, el folklore del continente americano, la música melódica y la música clásica.

Con respecto a la cumbia psicodélica peruana (también llamada cumbia psicodélica amazónica o chicha) puedo decir que aparece a fines de los años ´60 en Perú, el mismo país donde nació la música punk (no así, el movimiento). Y si bien en un principio la cumbia psicodélica no ha tenido el favor de los públicos supuestamente cultos y distinguidos, hoy se la estudia, revaloriza y reivindica en este azaroso siglo XXI. El vídeo que verán es del grupo Los Mirlos (que sigue activo) y el tema (que es mi preferido) se llama La Danza de Los Mirlos, tema compuesto por el brillante guitarrista del grupo Gilberto Reategui.




Take Five, el tema que casi pasa inadvertido y cae en el olvido

En este lluvioso y fresco domingo 23 de junio de 2024 deseo contarles la historia de cómo un tema musical atípico y que en su momento pasó completamente ignorado logró transformarse en la composición de jazz más exitosa de todos los tiempos.

Corría el año 1958. El cuarteto de jazz de Dave Brubeck ya era super famoso, y le arreciaban los contratos, dinero y popularidad. El cuarteto estaba integrado por 4 genios y superdotados musicales: el mismo Dave Brubeck (piano); Joe Morello (considerado el mejor baterista de todos los tiempos); Paul Desmond (saxo); y el exquisito y magistral Eugene Wright (contrabajo). El tema Take Five nace a pedido de Joe Morello, quién le pidió al saxofonista Paul Desmond un tema en notación musical completamente fuera de lo común (un 5/4) para lucirse en la batería. Joe Morello era un hombre que conocía a la perfección sus enormes dotes musicales y por lo tanto deseaba composiciones exigentes para mostrar su virtuosismo y genialidad; y a la vez, tener la oportunidad que el cuarteto luzca compacto y a la altura de su talento. Sí, ya lo adivinaron: Morello fue un narcisista y egocéntrico, pero esa es una circunstancia entendible ya que fue un genio, y los genios nunca se han caracterizado por ser sencillos y/o humildes. Así las cosas, Desmond compone Take Five (en el atípico ritmo 5/4). La composición formó parte del álbum Time Out que también contenía otros temas de jazz con ritmos atípicos (esa fue una línea muy seguida por Brubeck, el alma mater del cuarteto). Take Five no fue, al principio, un tema popular. Es más, la crítica y el público destrozó con críticas despiadadas el álbum y el tema. Y así, Take Five fue ignorado. Pero en 1961 vino la revancha: los aficionados al jazz empezaron a darse cuenta que Take Five es una genialidad, y que Time Out era un álbum magistral. Antes de pasar al vídeo con el tema, les cuento otra curiosidad: la ejecución del tema es tan compleja que el cuarteto tardó varios días en poder grabarlo en estudio (eso ocurrió en 1959). Y en vivo, el cuarteto simplificó la composición y su tempo ya que es un tema que requiere una enorme concentración, gasto de energía y un virtuosismo fuera de lo común. Que tengan un excelente domingo.



Crazy, mi canción preferida de Patsy Cline

No es un secreto que me gusta muchísimo la música folclórica; y entonces, por defecto, también me gusta mucho la música country. Sobre la música country hay muchos mitos que derribar: por ejemplo, que es exclusiva de USA (error, pues también Canadá, Australia y México tienen música country); que hay que vestirse de cowboy o cowgirl para cantarla (error, y sino miren a K.D. Lang o Shania Twain, ambas canadienses); que es aburrida y monótona (para nada, y sino vean a Willie Nelson, Johnny Cash o T Bone Burnett); o que es música de baja calidad (¿Escucharon alguna vez a las Indigo Girls, Linda Ronstandt o Chris Stapleton ...?). Pero me pregunto: ¿quién puede pensar que la música country es aburrida, de poca calidad e insulsa? Aunque no lo crean, mucho le debe la música country contemporánea en su composición, forma de cantar y melodía a Patsy Cline, tristemente fallecida en un accidente aéreo en 1963, y con apenas 30 años. Patsy tiene muchísimos temas fantásticos, pero mi preferido es Crazy. Es escucharla, y volar...

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Ay, ay, ay... Linda Ronstadt. Mi querida Linda, que ya no cantás.

Deseo comentarles que Linda ya hace unos años se retiró de los escenarios.

Anda mal de la voz, del corazón, de casi todo. La vejez la está tratando mal a mi querida y admirada Linda. Pero hoy, así y todo, me dio un alegrón, mi querida Linda Ronstadt. Es que me puse a escuchar esta maravilla de disco que grabó hace ya muchos años: Canciones de mi Padre. Que es el disco donde canta, en nítido y puro español y a la mexicana, las canciones que amaba tu padre, ese papá que tanto quiso. Amo este álbum, me parece una obra maestra. En este disco Linda quiso rendir tributo a su papá, un descendiente de mexicanos hecho y derecho; y también le rinde tributo a su segunda patria, México. Linda ama a México; es que lo lleva en la sangre. Y se nota, a que sí. Elegí el tema La Cigarra, que es increíble, está interpretado maravillosamente bien, y me hace poner la piel de gallina.


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Luces de Mi Ciudad, un tango-marcha atemporal, incombustible e inolvidable de Mariano Mores

 El tango es uno de mis géneros musicales favoritos, y también, uno de los que más disfruto.

El tango es inclasificable, muta y se dispersa en infinidad de versiones, de interpretaciones y de variantes. El tango se tuerce, se contornea, se revuelca y muta; pero no se rompe. Y ha sido en el tango que encontré un enorme refugio, un modo de expresión y de deseo. Suelo escucha tango mientras escribo, o trabajo, o me relajo. Es casi imposible enumerar a quienes admiro y me parecen dioses laicos y mitológicos rioplatenses en el universo tanguero. Lo que sí puedo asegurar, es que uno de los dioses tangueros que venero es Mariano Mores. Hoy tuve ganas de escuchar Luces de Mi Ciudad, que es un tango marcha compuesto por Mores en 1958 y con letra de Petit e Iturraspe. La verdad es que tuve ganas de postear la versión completa del tango; pero me pareció muchísimo más oportuno subir el vídeo/homenaje que el nieto del gran Mariano, el compositor, músico y director de orquesta mexicano Gabriel Mores, grabó hace unos años con la versión corta del tema (que es la que se escuchaba en Feliz Domingo).


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Libertango, una obra maestra incombustible y perdurable

Libertango es una obra maestra, ¿quién lo duda...?

Libertando se grabó por primera vez en Italia en 1974. El maestro Piazzolla esta allí un poco para alejarse de las críticas de los puristas tangueros que, cuándo no, decían que el tango debía mantener sus estado "puro".
Piazzolla tenía un rígida formación en música clásica y se estaba animando a la fusión del tango con jazz, bossa nova, grandes orquestaciones sinfónicas, pop, rock, el uso de sintetizadores ... un investigador, digamos.El tema años mas tarde tiene un agregado de letra por el poeta Horacio Ferrer.
Y todo lo demás son covers, versiones y homenajes. Y de allí a la eternidad.
Dicen que hay mas de mil versiones de Libertango dando vueltas.
Pero en honor a su creador, les dejo el video de la versión original interpretada en 1977 y con la participación del genial Astor y sus músicos.


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Canto de Ossanha, mi canción preferida de Vinicius de Moraes, Maria Creuza y Toquinho en La Fusa

Resulta que el 24 de enero de 2024 uno de mis canales de Youtube cumplió 5 años. Y para festejarlo, pues escribí en la sección "Comunidad" un texto alusivo al festejo.

En es escrito le contaba a quienes leyesen el posteo que luego de 5 años poseo solamente 500 suscriptores; y a contracorriente del algoritmo que me ignora (y también yo lo ignoro) soy como la nada; una nada que piensa, resuelve y genera sin esperar que otros se den cuenta que lo que hago lo hago por mí, a mi gusto, a mi tiempo.

También dije que voy, siempre, más allá de la creación, más allá de la conciencia y de el armado conceptual de un tópico determinado. Como bien dice mi mejor amiga: "vos sos el dínamo; y a partir de allí, todo fluye". ¿Qué suena egoísta...? Puede ser: lo que escribo, grabo, digo y dibujo lo hago por mí y me tiene que gustar y convencer a mí; y si luego ello gusta a otras personas, pues tanto mejor. Para festejar los 5 años y los 500 suscriptores de mi canal, entonces, posteé unas pocas palabras y que estaban referidas a cómo nació mi relación con la música. Que es la historia de una nena (en los '70) a la que no le interesaba que la sigan; que no me interesaba deslumbrar, polemizar ni destacar.
Pero mejor, voy a la historia. El primer disco que tuve en mi vida (tendría unos 6 o 7) me lo regaló mi abuelita. ¿Y qué creen que me regaló? Pues Vinicius, Maria Creuza y Toquinho en La Fusa. Mis padres, horrorizados, creyeron que no era música apropiada para una nena y que yo necesitaba algo mas "light" e infantil. Pues no: mi abuelita insistió que era música para educar, porque mi abuelita pensaba que la música y los libros eran artículos de primera necesidad (justo ella lo decía, que no había terminado la escuela primaria pero poseía una enorme cultura a base de lectura). Ese disco (y otros discos...) marcó mi destino. A Vinicius le siguieron Maria Callas, Frank Sinatra, Nino Bravo, Mozart, Los Jaivas, Ramona Galarza, El Trío Los Panchos... Y todo ello antes de mi adolescencia. Y qué decir de los libros: gracias a mis padres y abuelita, que alimentaban mis neuronas de voracidad incontrolable, antes de la adolescencia mis lecturas ya habían dado cuenta de Thomas Mann, Hermann Hesse, Borges, Bioy Casares, Emile Zola, Hemingway, Joseph Conrad... Todo influye para la construcción como ser y como comunicador. Y mis influencias son tatuajes imborrables y arterias vivas que se notan y sumergen una y otra vez en el pastizal de lo que hoy es la Comunicación de Masas. Voy a dónde casi nadie va, hago lo que no interesa ni repercute; escribo sobre cuestiones que no son populares. Pero no me importa: me gusta lo que hago, y eso es suficiente. Vengo del tocadiscos y de la máquina de escribir. Y hoy estoy aquí, con blogs, libros, y Youtube. Mañana no sé, ¿quién sabe? Me ronda por la cabeza de volver a la máquina de escribir; y también me ronda la cabeza perderme entre renglones y tiza y transformar esa energía inclaudicable con la que nací en un collage metafísico y transformador. Les confieso: del festejo no se enteró nadie, pues nadie me felicitó, nadie me saludó; nadie hizo el menor esfuerzo para comunicarse conmigo y decirme: che, Gabriela, te felicito, en verdad. Y entonces hice un festejo íntimo en el que me felicité a mi misma. Y qué mejor que poner una y otra vez mi canción preferida de Vinicius de Moraes, Maria Creuza y Toquinho, llamada Canto de Ossanha, la misma que tocaron en La Fusa y quedó inmortalizada en ese disco.


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Un Día, mi canción preferida de Juana Molina

 Quién me conoce sabe que alguna vez tuve la fantasía de ser músico.

Soñé con ello; quise vivir, respirar y tragar música y que sea mi forma de vida. Pero ese sueño terminó cuando me di cuenta que no deseaba repetirme, no deseaba tocar siempre lo mismo ni ser parte de prácticas y ensayos interminables y aburridos. Los años pasaron; y otras cosas también pasaron. Muchas veces me han preguntado qué tipo de músico me hubiese gustado ser; y no podía responder porque no encontraba un espejo en el que me pudiese mirar. Y ese espejo lo encontré hace unos años, y de la forma más inesperada: Juana Molina. Me hubiese encantado ser cómo Juana Molina. Ella crea su dinámica y espacio musical por fuera de lo comercial, generar sus propias texturas, distorsiones y densidades rítmicas; construye su carrera artística a partir de su enorme capacidad de composición, amalgama y soltura creativa; y delinea y modela notas y contrapuntos únicos que a veces no hacen caer en trance; cual mantra regalo del universo. Juana Molina es músico para músicos; ella es magma volcánica y maná divino; es cultura y es inspiración. Muchísimas gracias, Juana. Me hubiese encantado ser como vos; y hacer lo que vos hacés. Y ya que hablé de espejos: Un Día es uno de esos temas de Juana Molina que me conmueven (y el que me conoce, sabe por qué).


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Vuela alto, Zurdo Roizner. Vuela...

 El domingo 14 de enero de 2024, falleció Eduardo 'el zurdo' Roizner a los 84 años.

Quizás a algunos el nombre no les diga nada, y es entendible. Fue un músico de bajo perfil, muy discreto; un profesional de una versatilidad increíble. Sus comienzos no habían sido con la batería sino en el violín; también sabía tocar el piano, la guitarra y varios instrumentos de viento. El zurdo Roizner fue baterista de Frank Sinatra, de Vinicius de Morais, de Astor Piazzola, de Mercedes Sosa, del 'Gato"Barbieri; ¡baterista de Les Luthiers! En su cartera de performances se incluye, además, haber tocado repertorio clásico, tango, rock, pop, folklore, bossa nova, jazz... y lo que se les ocurra. En sus últimos años, integró la banda de Kevin Johansen, ese muchacho de Alaska con acento argentino.
Aquí les dejo un registro memorable: Kevin Johansen, Lito Vitale y el Zurdo Roizner interpretando 'Vecino'.


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Por qué me encanta Jonny Greenwood...

Los que me conocen desde hace muchos años saben de mi admiración por la maravillosa capacidad compositiva, interpretativa y de producción musical de Jonny Greenwood.

Greenwood es un músico y compositor minimalista, expansivo y delicado. En un mundo en el que todo está saturado y apilado con redundancias, ruido, confusión, y millones de clicks y multiciclos, Greenwood es un hombre del "menos es mas". Sus notas y sonidos son pausados, largos, profundos; su música llena vacíos que el mismo crea y succiona el espacio limpio sin redundar ni martillar. Greenwood es de la vieja escuela de cuándo la música implicaba creación, belleza, cristal, vida, sencillez, sentimiento, calma, atemporalidad y sutileza. Pocos creadores musicales pueden componer obras de arte incombustibles, simples, diáfanas y claras como lo hace él. Y Greenwood recién empieza de aflorar... ¡de no creer! Lo sigo desde su tierna época de Radiohead, que en mi opinión, es un dato menor en su curriculum. ¡Qué más quisiera yo tener el 1% de su talento musical!

Entre lo último producido por Jonny, me gustaria compartir esta maravilla de banda sonora, que corresponde a la película 'Spencer'.


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Crucify your mind, mi canción favorita de Rodríguez

 En esta última nota del año 2023 me gustaría contarles cuál es mi tema favorito de este inmenso artista que mereció estar entre los más grandes de la escena musical folk a nivel internacional: Sixto Rodríguez. Este oriundo de Detroit,y con linaje mexicano, grabó dos larga duración en los '70... y luego desapareció en las sombras por más de 30 años. Sobre su suerte se habían tejido mil y una conjeturas; quizás la más romántica fue que se había suicidado sobre el escenario.

Pero hete aquí que la tecnología, la casualidad y la tenacidad de sus fieles seguidores sudafricanos obraron el milagro de que Sixto vuelva del hueco del olvido donde estaba y se suba a los escenarios nuevamente. En 2012, y a raíz del documental Searching for Sugar Man, muchísima gente alrededor del mundo se encontró de pronto con que existía otro Dylan versión chicano, o que hubiese sido posible disfrutar de otro enorme poeta y compositor de música Folk. El destino, la mala suerte, y no haber tenido los contactos apropiados hicieron que Rodríguez desaparezca de la faz musical, casi como si nunca hubiese existido. Hubo un rescate, claro, pero tardío...

Increíble pero real: descubrí el documental (el mejor que he visto en mi vida); y a Sixto (una gema) en un vuelo desde Italia a Estados Unidos...

Del muy escaso repertorio de Rodriguez me gusta casi todo. Y aquí la crueldad de tener que elegir una sola canción de Sixto; y mi elegida es Crucify your mind, ¡una obra maestra!



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Searching for Sugar Man, la historia de un héroe que no fue; o de cómo Sixto Rodríguez mereció ser como Dylan

Se dice que en la vida, para tener éxito, se necesita combinar al menos dos componentes de tres: suerte, talento, contactos. Y lamentablemente, Sixto Rodríguez (fallecido en agosto de 2023) solo contó con el talento.

Su enorme capacidad como contador de historias, como compositor y letrista no le alcanzó para lograr la fama y notoriedad que hubiese merecido en los '70. Y fue recién en el 2000 que fue redescubierto y parcialmente reconocido. Sixto grabó dos álbums de estudio en los '70; y en 1975 colgó la guitarra y decidió caminar la vida fuera de la música (cuando ella claramente lo abandonó, o él decidió abandonarla); y de pura casualidad fue redescubierto por sus fans en Sudáfrica y otras partes del planeta poco antes del 2000. El reconocimiento llegó tarde, a los tumbos, y cuando ya Sixto era muy mayor y se había olvidado que había sido artista.

Muchos lo comparan y lo ponen a la misma altura de Bob Dylan; y es que la verdad, Sixto tenía una calidad letrística excepcional, canciones bellísimas y una voz crujiente y bien entonada.
Descubrí a este hombre extraordinario gracias al documental Searching for Sugar Man de 2012, en el que se cuentan las desventuras y peripecias de Sixto Rodríguez y la fama y reconocimiento esquivos que mereció pero nunca llegaron (o llegaron muy tibiamente, y sin destellos).

El multipremiado documental Searching for Sugar Man trató con respeto, gran investigación y edición la increíble historia de Sixto Rodríguez y el estrellato que nunca llegó y lo olvidó. El rodaje del documental corrió por cuenta del ya fallecido director sueco Mailk Bendjelloul, que con delicadeza, inteligencia y mucho respeto desasnó la trama de cómo Sixto Rodríguez fue el mayor talento ignorado de la música folk de Estados Unidos del siglo XX.
Otra joyita del documental es la banda de sonido, que como no podía ser de otra manera, son canciones de Sixto.


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Lili Marlen, la canción que atravesó la Segunda Guerra Mundial

 Las remembranzas algunas veces son tan caprichosas...

Como cuando una canción se nos pega por el resto de la vida, esa misma canción que aprendimos a tararear ni bien pudimos.
Cuando era pequeña, digamos 4 o 5 años, recuerdo que mi papá solía cantar una canción en una lengua extraña.
Aún creo que yo no distinguía que existían otros idiomas además del italiano pero igual trataba de acompañar la letra y los sonidos. El alemán no ha sido jamás un idioma en el que tenga facilidad, por otro lado.
Y esa canción, Lili Marlen, mi padre, y también a veces mi mamá, solían cantarla. A ambos les encantaba cantar, las reuniones familiares siempre las recuerdo por sus canciones luego de la comida.

Mi papá había peleado en la Segunda Guerra y por lo tanto aprendió a enamorarse y a tener esperanzas con Lili Marlene.
Esta canción tiene una historia para contar. Quizás la historia no sea muy entretenida, pero ayuda a poner en contexto el tema.
El poema en que se basa la canción se escribió en 1915. Ya vieron que muchísimas canciones surgen como poemas 'cantados'. En 1937 el autor del poema, Hans Leip, extiende el original de 3 a 5 versos y el músico Norbert Shultze compone la melodía. Y acá nace la canción 'Lili Marlen'.
La canción tuvo infinitos cambios de nombre, versiones, traducciones, centenares de libros, documentales y ensayos en los que no deseo extenderme. Solo decir que la primer versión de la canción se grabó en 1939 y la voz fue Lale Andersen. Se supone que la canción debía apuntalar la propaganda nazi. Por el contrario lo que este fenomenal suceso musical logró es infundir a los soldados de todas las armas esperanza y alivio y alejarlos de la angustia, el dolor, la soledad y el desamparo mientras la silvaban o cantaban.
La canción rápidamente rompió fronteras y empezó a ser cantada por nazis, rusos, ingleses, americanos y todos aquellos que entraron en contacto con ella.
Lili Marlene es uno de esos extraños fenómenos en los que las barreras culturales, ideológicas y políticas no pueden contener una obra de arte.

Demás está decir que la canción tuvo tropicientas versiones en decenas de idiomas. Pero solo incluiré dos versiones: la de la propia Lale Andersen y la de Marlene Dietrich.


Imagen de escultura de Lili Marlen bajo licencia de Wikimedia Commons















Las mil y un versiones de Smile, de Charles Chaplin

 No soy mucho de conciertos ni shows, menos los que son virtuales.

Pero durante 2020 y en plena pandemia, mirando en casa el One World Together at Home escuché y vi la versión de Smile de Lady Gaga. Y no pude evitar ponerme de pie y aplaudir. Lady Gaga es tan, tan talentosa que eclipsa todo lo que se le pone cerca. Luego, claro, están los gustos de cada cual, por supuesto.

La música de Smile se remonta a Charles Chaplin, su compositor. Esta melodía formó parte de la banda musical de Tiempos Modernos en 1936. Mr.Chaplin era un músico y compositor maravilloso, además de extraordinario actor, productor, director, escenógrafo, bailarín, editor, libretista, coreógrafo y empresario.

En 1954 a la melodía de Chaplin se le agregó letra.
Y de allí al éxito universal. Una de las canciones mas versionadas de la historia, no importa el idioma o la cultura.
La canción ha aparecido también en numerosas bandas sonoras de filmes y comerciales.

La canción fue versionada hasta casi el infinito, como ser Judy Garland ( la enorme ); la cantada por Lady Gaga; por supuesto la de Nat King Cole - que en 1954 tuvo el honor de grabar la primer versión cantada del tema - y Jimmy Durante; también la cantaron Tony Bennett, Michael Jackson, Josh Groban, Michael Buble, Babra Streisand y Elvis Costello; entre otros.

Mi versión preferida de Smile es la cantada por Judy Garland:


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Spalle al Muro por Renato Zero: la excepcional performance del artista italiano en el Festival de San Remo en 1991

 Hace ya muchos años, más concretamente 1991, fui al Festival de San Remo. Y allí vi por primera vez a este extraordinario artista que desde entonces es uno de mis referentes musicales: ya lo adivinaron, estoy hablando de Renato Zero.

Aquel día recuerdo que el sonido era horrible, que el escenario era brumoso y lejano, que una marea de gente había acudido para encontrarse con su ídolo (Zero) que volvía a los escenarios camuflado de villano, de héroe, de inmortal y de guerrero incansable. Y entre tanta muestra de amor, respeto y devoción por este artista que se recrea y realimenta hasta el infinito... sucumbí. Me encontré de pronto bajo su aura protectora y a partir de allí empecé a entender y concebir la música como arte expansivo, deconstructivo e íntimamente ligado al amor. Gracias, Renato, qué enorme sos. El tema que escucharán es el que yo apenas escuché aquel día: Spalle al Muro (el tema es de Mariella Nava). Y no ganó el Festival de San Remo por intereses mezquinos y un intento de que alguien con mejor 'imagen' fuese la cara del Festival... Pero todo el mundo recuerda a Renato Zero en aquel día y no al ganador; todo el mundo aún está maravillado por esta magnífica interpretación (y no la del ganador); y en la memoria colectiva ha quedado que esta interpretación es la más descollante, sensible y carismática de toda la historia del festival. Acá me tenés, Renato Zero, rendida a tus pies...


Imagen bajo licencia de Wikimedia Commons






Que no se note que me gustan los canon

 El canon es una forma compositiva de música clásica que me encanta. Aquí pongo ejemplos de mis preferidos: Pachelbel, Rachmaninoff, Mozart y Bach.













Jaques Morelenbaum interpretando 'Outra vez' de Tom Jobim

Allá por donde se cae la estructura de las clasificaciones y las definiciones; donde se dispersan los estilos y los ritmos; donde se funden y refunden, se expanden y achican diferencias y donde la luz predomina por entre escuelas, formas y maneras de ver el pentagrama.... por allá está Jaques Morelenbaum: samba, jazz, clásica, bossa nova, folklore de la América morena, swing, pop. Todo con igual calidad estratosféricamente maravillosa en su cello que habla, grita, ríe y llora con igual elegancia y carisma. Un elegido para deconstruir los compases, volver a juntar las notas y fundirlas en un lenguaje universal.


Estatua de Tom Jobim, foto de Wikimedia Commons bajo licencia de Creative Commons.




Also sprach Zarathustra op. 30 - Richard Strauss

 Creo que esta pieza fabulosa no necesita presentación. Una gloria. El que no la conocía enmendará un faltante, y el que la conocé también recordará la banda sonora de 2001 A Space Odyssey.



Foto de Richard Strauss, imagen de Picryl bajo licencia de Creative Commons.

Y video con dirección orquestal del inmenso Gustavo Dudamel.