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Carrington (1995)

Lytton Strachey fue un escritor, biógrafo y crítico literario que revolucionó la manera de escribir no ficción en plena era Victoriana. Y justo la que se considera su obra cumbre, Eminent Victorians, es un clásico ineludible y parte ya de la literatura universal. 

Miren si habrá sido famoso y prestigioso Mr. Strachey que fue el fundador del Grupo Bloomsbury en el que 'militaban intelectualmente' John M. Keynes, Virginia Woof, David Garnett o Dora Carrington, entre otros. Y es acá, precisamente, que la pintora y decoradora Dora Carrington entra en escena: por la ventana. Strachey queda flasheado con Carrington; y ella con el. Y el amor nace al instante, a pesar de todo.

La película tiene formato teatral ( con maravillosas escenas de paisajes) y dividida en actos que corresponden a períodos en la vida en común de Carrington y Strachey, que fueron pareja, fundamentalmente platónica, entre 1915 y 1932, año en que Strachey fallece y al poco tiempo Carrington se suicida.
Tal fue el amor y la pasión que envolvió a ambos ( ella heterosexual, él homosexual ) que solucionaron sus problemas de ausencia de sexo incorporando amantes esporádicos ( a veces compartidos, otras solo para ella ); y hasta un marido para Dora ( que tenía sexo con ambos: Carrington y Strachey ) mas otros amigos en común con cama adentro.

Creo que ésta ha sido una enorme historia de amor.
Historia de amor que en su tiempo provocó escándalos.
Pero historia de amor al fin.

La película es impecable desde todos los aspectos: dos gigantes Shakespereanos como Emma Thompson y Jonathan Pryce en los protagónicos; y el dramaturgo, guionista y director teatral Christopher Hampton ( que también escribió el guión de esta película) en una muy inusual pero fabulosa performance cinematográfica. Brillante.
Y la reconstrucción de época, la ambientación, y el resto de los actores también están muy bien.



I'm Thinking od Ending Things (2020)

Este artículo, en realidad, debería llamarse: crónica de supervivencia ante una muy mala película pero muy bien actuada. O quizás el título podría ser: "como desperdiciar excelentes actores durante poco más de dos horas y que te aclamen como un tipo genial y tu film sea considerado de culto".

Esta película de título enigmático, ridículamente largo, pretencioso y aburrido, es una regurgitación de un tal señor Charlie Kaufman, del que he dejado de tener total interés en su obra. Sé que el caballero es un respetado guionista, claro, pero acá es como que le agarró un ataque de acidez, reflujo gastrointestinal y cólicos renales mezclados con los delirium tremens provocados, quizás, por mirar lo que hace e hizo Ari Aster en sus horribles films Hereditary y Midsommar, que los dioses universales nos protejan.

Y claro, después que el joven Ari Aster sacudió a diestra y siniestra los sesos de los desprevenidos con las ya patidifusas Hereditary y Midsommar el mundo del cine y sus cercanías ha dejado de ser un lugar sensato y racional.
Cualquier guionista viene de romperse la cabeza con Midsommar, por decir un ejemplo, y pone en Word unas 20 o 30 insensateces desconectadas y ridículas y ya es aclamado por la prensa especializada. ¿ Y que nos pasa a los espectadores... ? Se nos paran los pelos y el corazón con estas bolas de aburrimiento, miedito y tedio onda "Thriller Psicológico".

La película está basada en una novela que no leí. Y además me es difícil decir algo sobre el guión, que además de ser presumido y apelar a la improbable altísima competencia intelectual del espectador, hace que nuestras pobres neuronas deambulen cuan Walking Dead por las inconsistencias de Kaufman ( en triple rol: guión, producción, dirección ) y sus secuaces.

Lo mejor: Toni Collette ( enorme, enorme, enorme ); David Thewlis ( inmortal y genial, un talento gigante como el ego de Cristiano Ronaldo ); y los muy sólidos y competentes actores que hacen la parejita, el extraordinario Jesse Plemons, y la también extraordinaria Jessie Buckley.

Si sobreviven ver esta película significa que poseen una fuerza de voluntad y perseverancia fuera de lo común. Quedaron avisados, che.



Can you Ever Forgive Me? (2018)

Hace un tiempo estuvimos de viaje.

Y por suerte en hotel tenían una muy buena opción de canales de películas.
Entre las que miramos estuvo la maravillosa Can you Ever Forgive Me? 
Creo que con ésta es la cuarta vez que la veo.

Por supuesto, mi opinión no traspasa el tamiz de los gustos personales y por lo tanto lo que escribo no es objetivo.
Melissa McCarthy me parece la actriz mas talentosa de su generación.
Richard Grant es un magnífico actor ( quizás el actor africano contemporáneo mas talentoso ).
Y por no ser menos me gusta mucho la manera de filmar de Marielle Heller. Ya tengo vistas las 3 películas que filmó como directora.
Quizás el punto principal de la película es ese: Heller fue actriz, sabe cómo los actores se mueven frente a una cámara y los protagónicos fueron elegidos en función binómica: McCarthy/Grant rompen las escenas, saltan el muro de la historia en sí misma y se tragan completo el guión... que no es lo mejor que tiene el filme pero este dúo lo salva gracias a la gran mano de Heller y la capacidad dramática de ambos actores, como ya dije.

La historia es fabulosa y viene a cuento, también, para los que somos aficionados al coleccionismo y soñamos, algún día, con algún 'certificado de autenticidad' en tal o cual objeto.
Básicamente la película se basa en el libro homónimo de la escritora Lee Israel, quizás la falsificadora de cartas de famosos más experta y políticamente incorrecta de la historia moderna. Leí el libro luego de la película, y les aseguro que es una lectura deliciosa. Israel, en su relato autobiográfico del episodio, echa por tierra el 'negocio' de los certificados de autenticidad. Pues todas las cartas que ella fraguó contaban con su correspondiente certificado que daba fé de lo ' auténtico'. Israel escribió su libro contando sus 'hazañas' y nos corre el velo del submundo del coleccionismo y sus internas y controversias. Por supuesto esta escritora tuvo sus problemitas con el FBI; pero a ella nada ni nadie le ha quitado el 'mérito' que sus cartas fake hayan aparecido como fuente de consulta para distinguidos investigadores, en bibliografías recomendadas y hasta ensayos y revistas especializadas.



Stranger than Fiction (2006)

Stranger than Fiction es ese tipo de película que necesita varias vistas, y cada vista vale la pena. 
Es como que uno la va digiriendo por etapas.
La película, por si no lo adivinaron, tiene toda mi aceptación y admiración.
Recuerdo que la primera vez que la vi me dejó boquiabierta. Una maravilla.
Y aún hoy me parece una de las mejores comedias-ficción que recuerde.

Toda la película es maravillosa, desde la dirección, a cargo del caballero que también fue responsable de World War Z, Herr Marc Foster; pasando por el guión (no recuerdo el nombre del creador/a; pero es excelente); y por supuesto los actores : elencazo de lujo lujoso. Desde el gigantesco Dustin Hoffman; la super Queen Emma Thompson; otra Queen, pero Latifah, Linda Hunt (ella no podía faltar); la más talentosa de la tradicional familia artística Gyllenhal, Maggie, la indiscutible; y Will Ferrell, que no me gusta como actua, pero acá está recatado y lo hace bien.

Y ahora les tiro algunas líneas del argumento: ¿Se pusieron a pensar qué pasaría si al final de todo ustedes tienen una vida en la ficción y se materializan a partir de la imaginación de una escritora paranoica, fumadora empedernida y sin inspiración...?
¿Alguna vez escucharon que alguien les habla al oído, que les cuenta lo que hacen y lo que no hacen y que además les comenta cuando morirán...?



Away from Her (2007)

A veces nos vemos privados tempranamente de talentos que hubiesen descollado en la pantalla grande.

El caso de hoy es la canadiense, muy joven aún, Sarah Polley.
Polley tiene un enorme talento para la dirección de actores.
Y además escribe guiones con el total beneplácito de los dioses.
Pero doña Sarah hace años ha abandonado la dirección en cine ( la entiendo... es una profesión llena de sinsabores ) y se refugia en la dirección de TV, o la escritura de guiones y la producción, que también son unas actividades bastante ingratas, pero por lo menos mas reconfortantes.
En 2007 Polley largó al ruedo de la maquinaria mercadotécnica de la industria del cine esta joya. Que por no tener una buena cadena de distribución, y además ser un tema que poca gente quiere tener presente (la crueldad del Alzheimer) y porque también las producciones de bajo costo (y encima Canadiense) casi no interesan al gran público... pasó sin pena ni gloria; salvo con la excepción de su país de origen, Canadá, que ama a Polley, ama a Alice Munro (de ella es el cuento corto en el que se basa el guion de Polley) y ama a Julie Christie. Quién no ama a Julie Christie...

Polley es soberbia, dúctil, muy precisa en la dirección. El guión que escribió es sólido, no tiene fisuras ni bajones.... salvo el final.
Y además ella ha sido actriz. Eso ayuda.

Sobre el argumento: pareja con muchos años a cuestas enfrenta la enfermedad de Alzheimer con sospecha, al principio; y luego resignación. Tal es la resignación que ella decide internarse en un hogar. No contaré todas las idas y vueltas ( que son maravillosas... ) pero sí diré ella se enamora de otro señor - mudo - en el hogar y olvida a su marido; y el marido con complejo de culpa ( le fue infiel a su esposa durante un tiempo... ) tiene una relación de amistad-amor con la esposa del caballero que llena los días de su esposa en el hogar...
Quizás el último minuto del final es algo romanticón y sensiblero; que al ser muy obvio queda algo descuidado.
Pero como la película es maravillosa, y soy fiel seguidora de la ya retirada Polley, le perdono todo.



Salt of the Earth (1954)

Entre las cosas muy interesantes que se encuentran en Youtube está Salt in the Earth.

Que quizás no les diga absolutamente nada.
Pero si les digo que la película se filmó en plena clandestinidad y que si director y su guionista sufrieron exilio, cárcel y censura, si les digo que la película nunca pudo ser estrenada formalmente en su país de origen y que la mayoría de los que actuaron o trabajaron en el film nunca mas han podido retomar sus vidas normales... es otro tema.

El director de la película en cuestión se llamó Herbert Bibelman.
Y su guionista Michael Wilson.
Que quizás tampoco les dice o suene a nada un tal Bibelman o Wilson.
Pero si agrego que Bibelman fue uno de los Hollywood Ten (los 10 directores-productores-guionistas perseguidos por el Maccartismo y que terminaron sus días desacreditados, en el exilio, fundidos, maltratados y censurados); o si agrego que Wilson no ha podido recibir ninguno de los premios internacionales por los guiones que escribió y que tuvo que poner en nombre de otros sus obras, relatos ficcionales y escritos (lo mismo le había pasado a Dalton Trumbo) el tema también cambia. Wilson, por poner unos ejemplos, fue el 'verdadero' guionista de Laurence de Arabia, El río sobre el Río Kwai, y la ya mítica El Planeta de los Simios.

Salt on the Earth es el relato ficcional de un conflicto sindical-social que tuvo en vilo a las minas del estado de New Mexico en 1952 y 1953. Para sintetizar las razones del conflicto: los mineros mexicanos recibían la mitad de dinero y peores condiciones laborales por igual trabajo desempeñado por los mineros 'blancos'. Llegó un momento que los mineros mexicanos son encarcelados, pero la lucha por los derechos siguió adelante de la mano de sus mujeres e hijos.

Por coincidencia geográfica ( vivo cerca ) conozco las minas del conflicto real y las locaciones que Bibelman y su equipo debieron usar para filmar. Hacer ese recorrido, conocer el terreno, las minas y los caseríos usados en la filmación es toda una experiencia que muchos aún hacen.

Como el film ya había sido censurado antes que se filme Bibelman y la producción debían cambiar de set todos los días, teniendo al FBI y a la policía detrás todo el tiempo. Entonces pueden imaginar que filmar no ha sido fácil. Pero la película es digna, se deja ver, y los actores ( todos actuando gratis, incluso la estrella mexicana Rosario Revueltas) tratan de que la dramatización sea genuina. El pacto ficcional se logra.



Eversmile New Jersey (1989)

La película Eversmile New Jersey se filmó en la Patagonia Argentina en 1989.

El director fue Carlos Sorín. Que tiene una filmografía escasa pero muy interesante.
La película es una coproducción de UK y Argentina, filmada en inglés en un 90% y el otro 10% en español.
Daniel Day Lewis filmó esta película al terminar el rodaje de The Left Foot, la maravillosa actuación que lo catapultó al Olimpo.
Poco hay que agregar de Lewis: talentosísimo, gran capacidad de transformación física, muy buen criterio para elegir dónde y con quién trabajar; mega millonario, seductor; hombre de muy pocos reportajes, escasísimas entrevistas y apariciones públicas y una vida privada apacible y sin sobresaltos.

Sobre el argumento: un dentista de nombre Fergus (gringo) va por la Patagonia curando caries y conociendo gente paseando con su moto vintage con sidecar... y las realidad se hace fantasía y la fantasía realidad. Aparece un chica linda, aparecen esos paisajes desolados que tanto cautivaron a Darwin; aparece gente rara; aparece esa manera tan extraña de filmar de Sorín (tiene como una mano 'soviética' para ir contando historias) y aparece Daniel Day Lewis en el comienzo de su fama muy fresco y suelto.

Para terminar: un chisme.
Sorín se peleó con la producción por el corte final y la película nunca se llegó a estrenar en el circuito comercial para el público en general.
La película se distribuyó en algunos festivales de cine en 1989 y 1990 y luego se la retiró.





A Bout de Souffle (1960)

 Esta película es un film de culto, quizás inmerecidamente.

El film es el primero de Godard (Godard no me quita el sueño, voy aclarando...) en formato cine y el guion es de Truffaut y Chabrol, nada menos. La idea del guion está basada en un hecho real: las andanzas de un ladrón y asesino francés y su novia yanki.
Godard saltó instantanemente a la fama internacional de la mano, también, de los protagonistas del film: Jean Paul Belmondo (hermoso y sensual) y la inmerecidamente olvidada Jean Seberg. La película está considerada uno de los mayores éxitos de taquilla de la historia del cine de Francia y es una de las precursoras del nuevo cine francés de los '60.

Sobre de qué trata: un ladrón y asesino en fuga (Belmondo) y su novia yanki poco escrupulosa y con pretensiones de grandeza (la Seberg). Pero también trata de sueños, traiciones, desilusiones, risas, compartir, vivir al filo de la cornisa y aún así ser capaces de disfrutar.

A Bout de Souffle me dejó recordar la gigantesca jerarquía interpretativa de Jean Seberg; de lo buen mozo que era Jean Paul; o lo esencial que es, algunas veces, volver a los clásicos.




Sling Blade (1996)

La primera vez que vi Sling Blade, quizás un par de décadas atrás, me dolió.

Es una película durísima, muy descarnada.
Y la semana pasada me volvió a doler. La película es demoledora.
No oculto mi simpatía por Billy Bob Thornthon, la verdad. En esta película deslumbra, sobre todo, en su actuación.
Thornton me hace acordar mucho a Peter Falk, que ya lo nombré mas arriba.
Ambos con un rango dramático excepcional y con una ductibilidad actoral inusual en actores yankis.
Thornthon tuvo un enorme defecto en su momento, el mismo defecto que Orson Welles y Kubrick y otros: creer que se puede hacer todo, estar en todo, hacerce cargo de todo y encima que la perfección reine.
Por suerte para Thornthon, y para aquellos que lo admiramos, se dio cuenta a tiempo que debe, algunas veces, resignar espacios. Sus películas como productor/director/guionista/actor, todo al mismo tiempo, solo ocupan 4 o 5 filmes en su extensísima carrera.
Si me preguntan qué prefiero de Thornthon, pues digo que actor.
Como director es fantástico, como guionista, maravilloso; como productor, acertado; pero como actor es sublime.
No sé si alguno de ustedes ha podido ver la serie de Prime Video Goliath. Allí Thornthon da clases magistrales de cómo se actúa con prudencia, con pericia y dando espacios y luz al resto del elenco, que por cierto, no tiene desperdicio.

Sobre el tema de Sling Blade: ¿ Cómo logran inserción social aquellos con capacidades diferentes que han cometido crímenes ? ¿ Se puede volver a empezar de cero... ? ¿ Matar es la solución... ?
Bueno, son preguntas que no tienen respuesta en la vida real, supongo. Pero en la película...


Imagen bajo licencia de Wikimedia Commons







Runaway Train (1985)

¿Qué puede haber pasado cuándo se juntaron un genio como el guionista, productor y director ruso Andrei Konchalovsky y el enorme Akira Kurosawa  Pues eso, generaron una genialidad.

En 1985 Konchalovsky aún estaba tratando de adaptar su ritmo y esquema de trabajo al de USA, y mientras tanto, tenía entre manos una historia escrita por el maestro Kurosawa que nunca antes había sido llevada a la pantalla.
Konchalovsky es un artista que filma para gusto y público ruso, alemán, italiano, inglés y yanki y hasta casi dirige las temáticas mas atípicas.
Por eso, en ese lejano ya 1985, la historia de Kurosawa se hizo realidad. La película se llama Runaway Train, y por supuesto, es una obra de arte. El film tiene extraordinarias tomas y secuencias, alguna de las cuales han sido consideradas como memorables. El final es de antología...
Muchos directores ( incluidos Tarantino, Nolan y el gran Affleck ) la tienen en su cinemateca y le declaran abiertamente su amor.
Y claro, a mí me encanta también.




The Dresser (1983)

 The Dresser es una película rara en el repertorio cinematográfico de Peter Yates, que para quién no lo ubica fue el director de Bullit.

Yates no era un Shakesperiano, pero se animó a la adaptación, producción y dirección de la obra de teatro The Dresser de Ronald Harwoord, el mismo que adaptó para Polanski The Pianist.
El argumento es fenomenal: estamos en Inglaterra, plena caída de bombas en la segunda guerra, y estamos en primera fila husmeando milimétricamente las desventuras, cortocircuitos y contradicciones entre un actor Shakesperiano en ocaso pleno y su amanerado asistente de vestuario (que además es confidente, secretario, esclavo, sirviente, cómplice y enemigo...).

La agonía y zozobra de cada función es insoportable para los protagonistas. El actor (un Albert Finney en todo su esplendor...) debe interpretar cada noche un personaje distinto del gran William y ya en la cabeza tiene una ensalada, una confusión, un cansancio y un hartazgo... que para qué les cuento.
El asistente, por su parte ( gloriosa actuación de otro fenómeno: Tom Courtenay ) anda de precipicio en precipicio tratando de manejar su alcoholismo, su sexualidad, su odio-amor por el jefe y sus frustraciones que exceden los cánones de lo soportable.
La perla-detonante, casi al final de la película: el jefe olvida ( ¿ olvida ? ) de ponerlo al sufrido asistente entre la gente a la que agradece en su ni siquiera empezada autobiografía...
En mi muy humilde opinión: una de las 10 mejores películas que vi jamás.



Dr. Strangelove or How I Learn Stop Worrying about The Bomb (1964)

Stanley Kubrick fue el mas británico de los directores de cine de USA; su contrapartida es Guy Ritchie, el mas yanki de todos los directores británicos.

Kubrick vivió toda su vida adulta en Inglaterra. Allí escribió, pensó la dirección, programó, editó, cuidó la fotografía y la iluminación de sus films, muchos de ellos Patrimonio Cultural de la Humanidad - es una afirmación pura y exclusivamente personal -.

Se cuentan muchas cosas de Kubrick., muchas de ellas muy buenas; otras, no tanto.

En un libro que leí sobre Kubrick, y cuyo autor pudo acceder al mítico castillo-bunker del director en Childwickbury Manor (Inglaterra),  se cuenta que todas las áreas comunes de la casa estaban cubiertas con bocetos, cortes de cintas, guiones, anotaciones sobre la luz, sonido, efectos; textos alternativos, notas de dirección y producción, esquemas de escenas, ediciones alternativas y posición de cámaras. Es como si la residencia en su totalidad se hubiese transformado en un Estudio Cinematográfico. Kubrick y su paciente y abnegada esposa salían del castillo para filmar, y una vez finalizada la filmación... a encerrarse de nuevo hasta el próximo film.

Pues la semana pasada disfrutamos otra vez de esta deliciosa y poco inocente película satírica filmada en 1964: Dr. Strangelove. Cuyo título completo es Dr. Strangelove or How I Learn Stop Worrying about The Bomb.
Esta película la descubrí hace unos 7 u 8 años, y desde ese entonces, la miro cada vez que puedo.

De entrada: no parece una de Kubrick.
Porque cuando uno nombra a Kubrick, ¿qué viene a la cabeza? 2001, Full Metal Jacket, Clockwork Orange, Barry Lyndon, The Shinning...

Dr. Strangelove fue el primer largometraje de Kubrick en el que él asume la función de director, guionista, productor y editor. Las mismas funciones que haría en el resto de sus filmes de allí en mas.

La trama de esta delicia fílmica, muy extremadamente cómica y singular es muy risible y bastante disparatada: empieza la guerra nuclear entre USA y la ex URSS por culpa de un general yanki subido a sus humos y egos... que por supuesto no tomará responsabilidad en el desastre; y al final la responsabilidad de la catástrofe es asumida por un oficial de la RAF llamado (o apodado) Mandrake. Por otro lado está el pobre y resignado presidente de USA tratando de contener, inútilmente, la hecatombe; un comandante (de nombre King Kong) de un temible avión B52, cowboy él, y sin demasiadas luces que confunde instrumental, procedimientos y manuales mientras divaga por los cielos con la mentada bomba ; y para terminar, y por supuesto, el científico amoral y patético muy, muy nazi enamorado de su aterradora creación de destrucción masiva: el maléfico Dr. Strangelove.

El elenco es de primer nivel, como cabría de esperar. Y con un Peter Sellers admirable en tres papeles, el Dr. Strangelove, el presidente de USA y el cumplidor oficial de la RAF Mr. Mandrake.
Y claro: también hay un comandante Jack D. Ripper, el ya nombrado capitán de bombardero con el sugestivo nombre King Kong y otro oficial con el maravilloso nombre Bat Guano.


Imagen bajo licencia de Wikimedia Commons




The Trial (1962)

 Orson Welles siempre tuvo esa manía de estar en todo, como Stanley Kubrick.

Y estar en todo al mismo tiempo no se puede, aunque se sea un genio.
A título personal a mí me gusta el Orson Welles actor, mas que el director o guionista o productor.
Welles como actor ha sido magistral, en mi opinión.
Lo recuerdo en películas actuando magistralmente como en The Third Man, o The Stranger. O en Touch of Evil, que para mí es la mejor película de Welles como director y actor. Pero como siempre digo, es cuestión de gustos.

The Trial en su versión cinematográfica es un extraordinario homenaje Noir a la novela de de Kafka del mismo nombre, texto muy bien adaptado por Welles.
Y me parece que ésta es la película mas Kafkiana jamás filmada. Welles además dotó a la película con una escenografía magistral y un juego de luces tenebrosas y e inusuales juegos de cámara que ponen la piel de gallina.
Me dá la impresión que Welles logró captar el sentido opresivo, ambiguo y alienante de un Kafka que nunca terminó de escribir esta novela. Mucho de la obra de Kafka estaba incompleto, sin corregir y disgregado al momento de publicarse, y The Trial no fue una excepción.
Y un poco en la misma senda tenemos a Welles, que a la manera Kafkiana, dejó cientos de guiones cinematográficos sin completar; decenas de películas a medio filmar; varias obras de teatro incompletas y decenas de proyectos de TV en plena producción.
Welles, además de multiprolífico y multifacético era un adicto al trabajo: pasaba semanas enteras sin dormir escribiendo, diseñando, produciendo, actuando o dirigiendo y sometiendo a sus colaboradores, actores y técnicos a jornadas de 40 o mas horas de filmación ininterrumpida.

Con todo lo dicho llego al actor que ha dado vida al protagonista de esta película: Anthony Perkins.
Perkins logra una catapulta al Olimpo por su actuación: brillante, perfecto, hasta como luminoso a pesar de la atmósfera siniestra del film.


Imagen bajo licencia de Wikimedia Commons