Quizás pocos saben que Ginamaría fue una de las egresadas más luminosas que ha tenido The Juilliard School (una de las escuelas de música más exigentes e importantes del mundo); quizás tampoco saben que ella fue cantante de óperas (con registro de soprano) y que su incursión en la música melódica y folklórica vino después.
En América del Sur nunca ha sido una novedad que las cantantes de ópera incursionen en otros ritmos y estilos (quizás la embajadora continental Yma Sumac sea la estandarte de esta tendencia); y me siento orgullosa que desde el cono sur hayamos impuesto el cruce y experimentación de tipos musicales muchísimo antes que en otras latitudes.
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