Starcrash (1978) y Starcrash II, Escape from Galaxy 3 (1981)

Starcrash no es una película que pasará a la historia por su calidad, su argumento o por las actuaciones. Más bien, todo lo contrario. Este film fue protagonizado por nada mas ni nada menos que el carilindo David Hasseldhoff, en la mejor performance de su carrera actoral en todas las pantallas (imaginen cómo habrán sido sus otras actuaciones); y lo secundan la bella Caroline Munro (bella, bella); la retirada pastora evangelista Marjorie Gortner (el eterno sucumbir a las tentaciones terrenales... ); y con un guión que, según cuentan las reseñas, es un italian spaguetti stellar trash copio/pego de Star Wars. Como Star Wars no la vi ( ninguna de ellas ) no puedo decir.

Punto aparte para los (d)efectos especiales, están tan mal hechos que hasta provocan risa.
Del director del pergeño no tengo mayores datos salvo que es o era italiano y cuyo nombre es o era Luigi Cozzi. Ya saben: los italianos y la ciencia ficción se llevan igual de bien que los leones y las gacelas.
Por último y para destacar: John Barry como musicalizador - sí, el mismo de las banda de sonido de algunas James Bond- ; y Christopher Plummer en papel de Amo del Universo (¿Cómo lo habrán convencido de actuar acá... ?).



Como ya han notado, en la primera Starcrash muchas cosas no coordinaban ni seguían una línea argumental coherente; y en la segunda Starcrash ya directamente todo salta por los aires. Hasta el sentido común.
Si alguna vez alguno de ustedes pensaron que no existe algo peor que el dolor de muelas, aún no han visto ésta suerte de averno interminable a la italiana y por lo tanto, de seguro, cambiarán de opinión.

En el caso de Starcrash II el responsable de la bazofia fue el director de cine porno Bitto Albertini ( que con mucha elegancia en este film usa el nombre artístico Ben Norman), y que cuya mano maestra en el cine lujurioso y concupiscente no lo salva del abismo. En cuanto a los protagonistas, de haberlos, pues creo que hacen lo que pueden (no reconocí a nadie importante, pero es que tampoco conozco mucho de estrellas rutilantes italianas del cine libre de ropas). Y con respecto a los efectos especiales, no son efectos ni especiales. La banda de sonido es paupérrima y el argumento es para deprimirse, ¡qué quieren que les diga! Esta película es un atentado a nuestra salud mental. 
Por favor les pido: huyan despavoridos.







Borat Subsequent Moviefilm (2020)

Este muchacho inglés, Sacha Baron Cohen, no trae medias tintas: o gusta o disgusta; o es blanco o es negro; tiene seguidores o detractores.

Cohen no está entre mis preferidos, pero reconozco que me divierte muchísimo.

Pasaron unos cuantos años de la primer Borat (2006) y se notan.
Cohen está menos borde ( la primer Borat sí que fue un baldazo de agua fría al buen gusto ) Cohen está menos provocador y mas armonioso y sincronizado con sus partenaires ( cosa que no pasaba en la primera. Y ya que estoy, gran trabajo de la chica búlgara Maria Bakalova que hace de su hija ); Cohen escribió el guión con un grupo de colaboradores que le inflaron al argumento un ritmo mucho mas sostenido, coherente y con momentos francamente desopilantes. Cohen es un señor maduro que a estas alturas tiene una muy abultada cuenta bancaria y prestigio como actor dramático.
En resumen: Cohen es Borat. Pero Borat ya no es mas Cohen. Por fin este gran actor ( porque la verdad Cohen es un gran actor ) ha logrado desprenderse del personaje.

Para el que no vio la nueva Borat ( este es el título completo y copiado y pegado: Borat Subsequent Moviefilm: Delivery of Prodigious Bribe to American Regime for Make Benefit Once Glorious Nation of Kazakhstan ) no desearía ahondar en el argumento... pero un poco lo haré: Borat tiene una hija adolescente que gusta de la carne de monos - sobre todo si son ministros de cultura de Kazajstán ofrecidos como regalo al presidente del país mas poderoso del mundo-; Borat estuvo 14 años haciendo trabajos forzados por sus blasfemias pasadas y hacer que el país Kazajstán sea un hazmerreír; Borat es el agente propagador de la actual pandemia ( y la idea no parece tan, tan loca después de todo ); Borat hace que un abogado muy notorio y amigo del presidente de usa tenga una erección ( filmada y documentada ); Borat logra empatizar con racistas, xenófobos o la alta sociedad yanki con resultados hilarantes. 
Y Borat es Borat. Y Cohen es Borat, pero como ya dije más arriba, Borat no es Cohen. 



Nomadland (2020)

Bien entrado el siglo XXI somos testigos de un fenómeno que ha crecido en casi todo el mundo occidental: personas que viven en sus coches, camionetas, casas rodantes o pequeños utilitarios. Son los neo nómades, itinerantes, trotamundos, errantes, trashumantes y migrantes que sobreviven con lo mínimo, suelen trabajar en empleos precarios y estacionales y circulan por el país en caravana, en pareja, o solos.
Todos ellos son neo viajeros del siglo XXI que conocieron mejores épocas pero que en la vejez se encuentran en la difícil situación de no poder hacer frente a tener una casa, comodidades y un ingreso digno. 
Ya dije que este fenómeno existe en muchos países occidentales y muchos profesionales universitarios le han dedicado ensayos y análisis periodísticos. Pero quizás quién ha sabido zambullirse como nadie en esta subcultura fue la periodista e investigadora estadounidense Jessica Bruder que hizo un seguimiento de inmersión (mutando ella misma a ser nómade) y recopiló muchísima información e historias de estas personas que enfrentan el día a día con amor, esperanza y mucha dignidad. Y de toda esa fuerza, belleza, intercambio y serenidad que compartieron Jessica y sus amigos nómadas nació el libro de no ficción Nomadland.

Primero fue el libro, en 2017; y luego vino la adaptación cinematográfica en 2020. Y no sé cuál es mejor, si la no ficción de Jessica Bruder (magistral, una verdadera clase de periodismo de inmersión) o la exquisita película de Chloé Zao (quien escribió el guión, dirigió y produjo el film). Un film que es majestuoso, bellísimo, calmo, relajado; y lo que es mejor, un fenomenal círculo de no actores (casi todos ellos amigos de Jessica Bruder) y nómades reales acunaron a un personaje ficcional compuesto por Frances McDormand mientras la pantalla los une y los amansa. McDormand ganó un Oscar por su actuación, y también otro Oscar por ser una de las productoras de la película.

Pero también he de decir que no todo espectador se sentirá cómodo por la forma y manera de encarar los temas y las técnicas de filmación de Chloé Zao: guiones mínimos, planos largos y en barrido lento, trabajar con gente común que no sabe actuar. Todo ello es un combo que no todo el mundo está dispuesto a digerir. Escuché y leí muchas críticas de la películas: los que la aman, los indiferentes y los que la odian. Pero lo que sí, a nadie ha dejado indiferente.






John Cage 4´33´´

Cuando en 1952 el compositor y teórico musical John Cage se amaneció con esta composición de silencios, que dura exactamente 4 minutos con 33 segundos (divididos en tres movimientos), muchos colegas, público y asistentes pensaron que se había vuelto loco. Pues la composición no tenía música que sonara, y los músicos intervinientes no ejecutaban ninguna composición sonora. Los 4 minutos 33 segundos eran de silencio, pero un silencio poblado de otros sonidos que no eran emitidos por los instrumentos. Y esa fue y es, precisamente, la teoría de Cage: el silencio absoluto no existe en la vida cotidiana, ya que los sonidos de ambiente o naturales, por más tenues que sean, existen y son más notables y distinguibles que la música en sí.
Cage y su 4´33´´ ha tenido toneladas de interpretaciones, ensayos, análisis y polémicas entre teóricos, y cada cual ha tratado de dar su opinión al respecto. Algunos han apoyado fervientemente los análisis y experimentos con silencios de Cage, otros lo han tildado de parlanchín. 

Desde el punto de vista musical, Cage mantuvo que el silencio no era la mera ausencia de sonido sino la reinterpretación de esa supuesta ausencia desde la subjetividad y el sentir de cada uno. Ejemplo: para muchos, el murmullo de las hojas embarulladas en otoño es música; para otros, es un ruido insignificante. Además, Cage sostenía que los sonidos ambiente donde se ejecuta música son parte de las composiciones y constituyen una performance, y que la aparente ausencia de sonido y el silencio se retroalimentan y embellecen, dando lugar a verdaderas creaciones artísticas en las que lo mínimo y sutil es emponderado y elevado a composición musical.
Yo estoy de acuerdo, ¿y ustedes?


Imagen bajo licencia de Wikimedia Commons





¿K Pax (2001) es un plagio bien hecho de Hombre mirando al Sudeste (1986)?

Seré breve y ya les doy la respuesta: sí. K Pax (2001) es un plagio de la película de Eliseo Subiela Hombre mirando al Sudeste (1986). Pero en este caso, la culpa no ha sido del chancho sino de quién le dio de comer.

Los pongo en contexto. El director argentino Eliseo Subiela filma y escribe el guión de Hombre mirando al Sudeste (estrenada en 1987) en la que un señor es ingresado a un psiquiátrico porque dice que viene de otro planeta. En 2001, se estrena K Pax, en la que un señor (Kevin Spacey) es ingresado a un psiquiátrico porque dice que viene de otro planeta. Y las coincidencias no terminan ahí, las hay para todos los gustos, colores e ideas. Pero la culpa del plagio de la película K Pax no la tiene ni el director, ni los productores, ni los actores. La culpa es del autor de las sagas de ciencia ficción en las que se basa el film yanki, que nunca jamás admitió que Hombre mirando al Sudeste fue su inspiración para la creación de sus novelas K Pax. Y lo que es peor, este señor vendió los derechos de K Pax para se sea llevada a la pantalla grande en Estados Unidos.

Subiela, ante tamaño desparpajo, no se quedó de brazos cruzados: inició una batalla legal para que el plagio quedase expuesto. Pero lamentablemente, Subiela tuvo que dar marcha atrás con su intención ya que no pudo solventar los costos de pagar abogados en Estados Unidos. Y así, otra injusticia ha quedado desenmascarada, pero las consecuencias son nulas. 

Más de una vez habrán leído que aquí y allá se descubren plagios o robos de obra publicada, filmada o musical. Y muchas veces, lamentablemente, quienes son los legítimos dueños de esos derechos deben desistir de presentarse a la justicia para reclamar lo que es justo porque no poseen espalda sólida económica que los ampare para costear el pago de ayuda legal.

Lo lamento por Subiela, que falleció sin que se le reconociera la inspiración e influencia que ejerció en la saga de novelas K Pax y la película homónima.