Lili Marlen, la canción que atravesó la Segunda Guerra Mundial

 Las remembranzas algunas veces son tan caprichosas...

Como cuando una canción se nos pega por el resto de la vida, esa misma canción que aprendimos a tararear ni bien pudimos.
Cuando era pequeña, digamos 4 o 5 años, recuerdo que mi papá solía cantar una canción en una lengua extraña.
Aún creo que yo no distinguía que existían otros idiomas además del italiano pero igual trataba de acompañar la letra y los sonidos. El alemán no ha sido jamás un idioma en el que tenga facilidad, por otro lado.
Y esa canción, Lili Marlen, mi padre, y también a veces mi mamá, solían cantarla. A ambos les encantaba cantar, las reuniones familiares siempre las recuerdo por sus canciones luego de la comida.

Mi papá había peleado en la Segunda Guerra y por lo tanto aprendió a enamorarse y a tener esperanzas con Lili Marlene.
Esta canción tiene una historia para contar. Quizás la historia no sea muy entretenida, pero ayuda a poner en contexto el tema.
El poema en que se basa la canción se escribió en 1915. Ya vieron que muchísimas canciones surgen como poemas 'cantados'. En 1937 el autor del poema, Hans Leip, extiende el original de 3 a 5 versos y el músico Norbert Shultze compone la melodía. Y acá nace la canción 'Lili Marlen'.
La canción tuvo infinitos cambios de nombre, versiones, traducciones, centenares de libros, documentales y ensayos en los que no deseo extenderme. Solo decir que la primer versión de la canción se grabó en 1939 y la voz fue Lale Andersen. Se supone que la canción debía apuntalar la propaganda nazi. Por el contrario lo que este fenomenal suceso musical logró es infundir a los soldados de todas las armas esperanza y alivio y alejarlos de la angustia, el dolor, la soledad y el desamparo mientras la silvaban o cantaban.
La canción rápidamente rompió fronteras y empezó a ser cantada por nazis, rusos, ingleses, americanos y todos aquellos que entraron en contacto con ella.
Lili Marlene es uno de esos extraños fenómenos en los que las barreras culturales, ideológicas y políticas no pueden contener una obra de arte.

Demás está decir que la canción tuvo tropicientas versiones en decenas de idiomas. Pero solo incluiré dos versiones: la de la propia Lale Andersen y la de Marlene Dietrich.


Imagen de escultura de Lili Marlen bajo licencia de Wikimedia Commons















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