Take Five, el tema que casi pasa inadvertido y cae en el olvido

En este lluvioso y fresco domingo 23 de junio de 2024 deseo contarles la historia de cómo un tema musical atípico y que en su momento pasó completamente ignorado logró transformarse en la composición de jazz más exitosa de todos los tiempos.

Corría el año 1958. El cuarteto de jazz de Dave Brubeck ya era super famoso, y le arreciaban los contratos, dinero y popularidad. El cuarteto estaba integrado por 4 genios y superdotados musicales: el mismo Dave Brubeck (piano); Joe Morello (considerado el mejor baterista de todos los tiempos); Paul Desmond (saxo); y el exquisito y magistral Eugene Wright (contrabajo). El tema Take Five nace a pedido de Joe Morello, quién le pidió al saxofonista Paul Desmond un tema en notación musical completamente fuera de lo común (un 5/4) para lucirse en la batería. Joe Morello era un hombre que conocía a la perfección sus enormes dotes musicales y por lo tanto deseaba composiciones exigentes para mostrar su virtuosismo y genialidad; y a la vez, tener la oportunidad que el cuarteto luzca compacto y a la altura de su talento. Sí, ya lo adivinaron: Morello fue un narcisista y egocéntrico, pero esa es una circunstancia entendible ya que fue un genio, y los genios nunca se han caracterizado por ser sencillos y/o humildes. Así las cosas, Desmond compone Take Five (en el atípico ritmo 5/4). La composición formó parte del álbum Time Out que también contenía otros temas de jazz con ritmos atípicos (esa fue una línea muy seguida por Brubeck, el alma mater del cuarteto). Take Five no fue, al principio, un tema popular. Es más, la crítica y el público destrozó con críticas despiadadas el álbum y el tema. Y así, Take Five fue ignorado. Pero en 1961 vino la revancha: los aficionados al jazz empezaron a darse cuenta que Take Five es una genialidad, y que Time Out era un álbum magistral. Antes de pasar al vídeo con el tema, les cuento otra curiosidad: la ejecución del tema es tan compleja que el cuarteto tardó varios días en poder grabarlo en estudio (eso ocurrió en 1959). Y en vivo, el cuarteto simplificó la composición y su tempo ya que es un tema que requiere una enorme concentración, gasto de energía y un virtuosismo fuera de lo común. Que tengan un excelente domingo.



O Pato, Joao Gilberto, y el padre de la Bossa Nova

 Y un día en los '60 apareció en el horizonte de la música popular mundial algo llamado Bossa Nova que llegaba del enigmático y distante Brasil. Casi todos los grandes intérpretes de su tiempo cayeron rendidos al los pies de la Bossa Nova y sus figuras. Desde Frank Sinatra a Charles Aznavour, Julio Iglesias, Tom Jones y hasta Louis Armstrong fueron seducidos por este grupo de músicos brasileños que traían extrañas canciones con muy originales armonías y unos acordes raros y una manera de cantar tan rítmica y enigmática.

Joao Gilberto, llamado Padre de la Bossa Nova, por ejemplo, irrumpió en el mundo musical internacional en 1960 de la mano de O Pato. Canción que no es de su autoría ( los culpables de la belleza son Jayme Silva y Neuza Teixeira ) pero a la que volvió inmortal.
Los que tienen mas de 50 ya la reconocerán.


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Los Saicos, los papás de la música Punk

 La música punk ( no el movimiento... que son dos cosas diferentes ) nación en Perú en los '60. Les parecerá una afirmación temeraria. Pero es lo que dicen los expertos de las publicaciones mas especializadas en este tema.

El grupo que la parió fue Los Saicos, que con muchas intermitencias e idas y venidas siguen vigentes.

Que la música punk haya nacido en Perú será una sorpresa para muchos.
Tiene su explicación, sin embargo.
Los integrantes de la banda Los Saicos pertenecían a una clase social acomodada, vivían en un barrio de clase alta en Lima y estaban acostumbrados a escuchar músicas de otras culturas y estuvieron familiarizados con el rock y sus derivaciones desde la adolescencia.
El sonido de garage y la crudeza del estilo es ejemplo que ellos también quisieron despegarse de los sonidos que los rodeaban desde países vecinos mucho mas ligados al Beat y la música melódica.



Crazy, mi canción preferida de Patsy Cline

No es un secreto que me gusta muchísimo la música folclórica; y entonces, por defecto, también me gusta mucho la música country. Sobre la música country hay muchos mitos que derribar: por ejemplo, que es exclusiva de USA (error, pues también Canadá, Australia y México tienen música country); que hay que vestirse de cowboy o cowgirl para cantarla (error, y sino miren a K.D. Lang o Shania Twain, ambas canadienses); que es aburrida y monótona (para nada, y sino vean a Willie Nelson, Johnny Cash o T Bone Burnett); o que es música de baja calidad (¿Escucharon alguna vez a las Indigo Girls, Linda Ronstandt o Chris Stapleton ...?). Pero me pregunto: ¿quién puede pensar que la música country es aburrida, de poca calidad e insulsa? Aunque no lo crean, mucho le debe la música country contemporánea en su composición, forma de cantar y melodía a Patsy Cline, tristemente fallecida en un accidente aéreo en 1963, y con apenas 30 años. Patsy tiene muchísimos temas fantásticos, pero mi preferido es Crazy. Es escucharla, y volar...

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A Bout de Souffle (1960)

 Esta película es un film de culto, quizás inmerecidamente.

El film es el primero de Godard (Godard no me quita el sueño, voy aclarando...) en formato cine y el guion es de Truffaut y Chabrol, nada menos. La idea del guion está basada en un hecho real: las andanzas de un ladrón y asesino francés y su novia yanki.
Godard saltó instantanemente a la fama internacional de la mano, también, de los protagonistas del film: Jean Paul Belmondo (hermoso y sensual) y la inmerecidamente olvidada Jean Seberg. La película está considerada uno de los mayores éxitos de taquilla de la historia del cine de Francia y es una de las precursoras del nuevo cine francés de los '60.

Sobre de qué trata: un ladrón y asesino en fuga (Belmondo) y su novia yanki poco escrupulosa y con pretensiones de grandeza (la Seberg). Pero también trata de sueños, traiciones, desilusiones, risas, compartir, vivir al filo de la cornisa y aún así ser capaces de disfrutar.

A Bout de Souffle me dejó recordar la gigantesca jerarquía interpretativa de Jean Seberg; de lo buen mozo que era Jean Paul; o lo esencial que es, algunas veces, volver a los clásicos.




Sling Blade (1996)

La primera vez que vi Sling Blade, quizás un par de décadas atrás, me dolió.

Es una película durísima, muy descarnada.
Y la semana pasada me volvió a doler. La película es demoledora.
No oculto mi simpatía por Billy Bob Thornthon, la verdad. En esta película deslumbra, sobre todo, en su actuación.
Thornton me hace acordar mucho a Peter Falk, que ya lo nombré mas arriba.
Ambos con un rango dramático excepcional y con una ductibilidad actoral inusual en actores yankis.
Thornthon tuvo un enorme defecto en su momento, el mismo defecto que Orson Welles y Kubrick y otros: creer que se puede hacer todo, estar en todo, hacerce cargo de todo y encima que la perfección reine.
Por suerte para Thornthon, y para aquellos que lo admiramos, se dio cuenta a tiempo que debe, algunas veces, resignar espacios. Sus películas como productor/director/guionista/actor, todo al mismo tiempo, solo ocupan 4 o 5 filmes en su extensísima carrera.
Si me preguntan qué prefiero de Thornthon, pues digo que actor.
Como director es fantástico, como guionista, maravilloso; como productor, acertado; pero como actor es sublime.
No sé si alguno de ustedes ha podido ver la serie de Prime Video Goliath. Allí Thornthon da clases magistrales de cómo se actúa con prudencia, con pericia y dando espacios y luz al resto del elenco, que por cierto, no tiene desperdicio.

Sobre el tema de Sling Blade: ¿ Cómo logran inserción social aquellos con capacidades diferentes que han cometido crímenes ? ¿ Se puede volver a empezar de cero... ? ¿ Matar es la solución... ?
Bueno, son preguntas que no tienen respuesta en la vida real, supongo. Pero en la película...


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Runaway Train (1985)

¿Qué puede haber pasado cuándo se juntaron un genio como el guionista, productor y director ruso Andrei Konchalovsky y el enorme Akira Kurosawa  Pues eso, generaron una genialidad.

En 1985 Konchalovsky aún estaba tratando de adaptar su ritmo y esquema de trabajo al de USA, y mientras tanto, tenía entre manos una historia escrita por el maestro Kurosawa que nunca antes había sido llevada a la pantalla.
Konchalovsky es un artista que filma para gusto y público ruso, alemán, italiano, inglés y yanki y hasta casi dirige las temáticas mas atípicas.
Por eso, en ese lejano ya 1985, la historia de Kurosawa se hizo realidad. La película se llama Runaway Train, y por supuesto, es una obra de arte. El film tiene extraordinarias tomas y secuencias, alguna de las cuales han sido consideradas como memorables. El final es de antología...
Muchos directores ( incluidos Tarantino, Nolan y el gran Affleck ) la tienen en su cinemateca y le declaran abiertamente su amor.
Y claro, a mí me encanta también.




The Dresser (1983)

 The Dresser es una película rara en el repertorio cinematográfico de Peter Yates, que para quién no lo ubica fue el director de Bullit.

Yates no era un Shakesperiano, pero se animó a la adaptación, producción y dirección de la obra de teatro The Dresser de Ronald Harwoord, el mismo que adaptó para Polanski The Pianist.
El argumento es fenomenal: estamos en Inglaterra, plena caída de bombas en la segunda guerra, y estamos en primera fila husmeando milimétricamente las desventuras, cortocircuitos y contradicciones entre un actor Shakesperiano en ocaso pleno y su amanerado asistente de vestuario (que además es confidente, secretario, esclavo, sirviente, cómplice y enemigo...).

La agonía y zozobra de cada función es insoportable para los protagonistas. El actor (un Albert Finney en todo su esplendor...) debe interpretar cada noche un personaje distinto del gran William y ya en la cabeza tiene una ensalada, una confusión, un cansancio y un hartazgo... que para qué les cuento.
El asistente, por su parte ( gloriosa actuación de otro fenómeno: Tom Courtenay ) anda de precipicio en precipicio tratando de manejar su alcoholismo, su sexualidad, su odio-amor por el jefe y sus frustraciones que exceden los cánones de lo soportable.
La perla-detonante, casi al final de la película: el jefe olvida ( ¿ olvida ? ) de ponerlo al sufrido asistente entre la gente a la que agradece en su ni siquiera empezada autobiografía...
En mi muy humilde opinión: una de las 10 mejores películas que vi jamás.



The Watchmaker's Apprentice ( 2015 ) documental

Creo que este documental es ampliamente conocido en el ámbito de la relojería, pero quizás no es popular fuera de ella.

Trata sobre los adentros y afueras de uno de los genios relojeros mas importantes de todos los tiempos, alguien a la altura de Breguet: nada mas ni nada menos que el recordado y admirado George Daniels. Y junto a Daniels otro monstruo de la horología universal, su humilde aprendiz, Roger Smith.
Técnicamente hablando creo que el director David Armstrong ( desconozco el resto de su producción cinematográfica ) logró un muy buen documental. Posiblemente quedó muchísimo material afuera por Daniels; que era un personaje fascinante y muy rico en anécdotas e historias; y Smith, por su propia historia y su interacción con el gran maestro.
Me gusta la narración, creo que se eligió bien a John Rhys Davies.

Les dejo enlace al trailer:






Ay, ay, ay... Linda Ronstadt. Mi querida Linda, que ya no cantás.

Deseo comentarles que Linda ya hace unos años se retiró de los escenarios.

Anda mal de la voz, del corazón, de casi todo. La vejez la está tratando mal a mi querida y admirada Linda. Pero hoy, así y todo, me dio un alegrón, mi querida Linda Ronstadt. Es que me puse a escuchar esta maravilla de disco que grabó hace ya muchos años: Canciones de mi Padre. Que es el disco donde canta, en nítido y puro español y a la mexicana, las canciones que amaba tu padre, ese papá que tanto quiso. Amo este álbum, me parece una obra maestra. En este disco Linda quiso rendir tributo a su papá, un descendiente de mexicanos hecho y derecho; y también le rinde tributo a su segunda patria, México. Linda ama a México; es que lo lleva en la sangre. Y se nota, a que sí. Elegí el tema La Cigarra, que es increíble, está interpretado maravillosamente bien, y me hace poner la piel de gallina.


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Cine y Espacio Cultural Jean Cocteau, Santa Fe, New Mexico

 Deseo mostrarles un cine de los de antes, con pantalla de las de antes, y sonido del de antes.

Un cine que se llama Jean Cocteau. Cuya ubicación es especial, su dueño es especial y a la vez el cine es mas que un teatro, una biblioteca, un bar, una cafetería, un espacio cultural, una galería de arte, un punto de encuentro de la movida social y cultural de la capital del estado de New Mexico, Santa Fe. El Jean Cocteau una estrella por sí mismo, y verán por qué. 

En el Jean Cocteau se puede disfrutar de unos tragos o un café mirando cuadros de artistas locales y estar ojeando libros autografiados por el escritor y dueño del cine y Alma Mater de Game of Thrones, George R.R. Martin; y por supuesto se puede ver películas clásicas, independientes o extrañas en pantalla de tela muy sencilla y con sonido de los equipo acústicos muy rudimentarios usados en los '70; o pueden participar en una conferencia de autores, escritores o artistas de renombre internacional y poder compartir charlas y debates, seminarios o una fiesta con amigos; o concurrir a los espectáculos de magia, vodevil, stand up; o presenciar disertaciones o coloquios en los que el propio George R. R. Martin está presente. Es común en el pueblo verlo a Mr. Martin vagabundenado por ahí.
Este presente del Jean Cocteau ha tenido un pasado azaroso, sin embargo.

El cine nació con el nombre The Collective Fantasy en 1976 bajo el ala protectora de 4 soñadores enrolados en el hippismo: Lynn Cohen, Mary Hether, Anne Lewis y Richard Szanyi. La programación era risueña y muy amateur. En 1983 el cine cambia de nombre y dueño. El Jean Cocteau prende sus luces al amparo de Brent Kliewer quién luego vendió a la empresa Trans-Lux que lo regenteó hasta su cierre en 2006. Y gracias a George R. R. Martin es que el cine vuelve a abrir sus puertas en 2013.
Martin decidió conservar el mismo nombre 'Jean Cocteau' para esta nueva etapa del complejo cultural cuyo edificio fue remodelado y embellecido y otorgándole a la sala una nueva programación, nuevo espíritu y misión. Martin le ha infundido al Jean Cocteau un nuevo empujón por la divulgación del cine independiente, clásicos y rarezas; y los espectáculos en vivo, conferencias y multiespacio para eventos.







Hurricane, la canción de Bob Dylan con múltiples versiones judicializadas

No soy Dylanista, tampoco amante de las canciones protestonas.

Pero algunas canciones de Bob Dylan me gustan, y algunas canciones de protesta también.

La historia de esta canción, llamada Hurricane, es bastante conocida.
Cuenta la historia de un boxeador, Rubin "Hurricane" Carter, que es acusado y encarcelado en 1966 muy probablemente de manera injusta por un crimen, que se cree, no cometió.
Dylan fue valiente e insistente en sostener la inocencia de Hurricane, hasta llegó a visitarlo en 1975 en la prisión en la que Carter estuvo convicto 22 años.
Dylan escribió, junto a su amigo el compositor Jacques Levy, esta canción que ha tenido unas 5 versiones del propio Dylan con diferentes letras. La letra fue cambiando por motivos legales: algunos de los testigos del crimen por el que fue acusado Carter amenazaron con calumnias a Dylan y Levy, forzándolos a reescribir la letra. Como los testigos no quedaron conformes, y debido a otras presiones ejercidas por la compañía grabadora y de otras entidades, Dylan y Levy reescribieron una y otra vez la letra hasta que casi todos quedaron conformes. Menos Dylan.

Les dejo la versión original para que la escuchen.






Luces de Mi Ciudad, un tango-marcha atemporal, incombustible e inolvidable de Mariano Mores

 El tango es uno de mis géneros musicales favoritos, y también, uno de los que más disfruto.

El tango es inclasificable, muta y se dispersa en infinidad de versiones, de interpretaciones y de variantes. El tango se tuerce, se contornea, se revuelca y muta; pero no se rompe. Y ha sido en el tango que encontré un enorme refugio, un modo de expresión y de deseo. Suelo escucha tango mientras escribo, o trabajo, o me relajo. Es casi imposible enumerar a quienes admiro y me parecen dioses laicos y mitológicos rioplatenses en el universo tanguero. Lo que sí puedo asegurar, es que uno de los dioses tangueros que venero es Mariano Mores. Hoy tuve ganas de escuchar Luces de Mi Ciudad, que es un tango marcha compuesto por Mores en 1958 y con letra de Petit e Iturraspe. La verdad es que tuve ganas de postear la versión completa del tango; pero me pareció muchísimo más oportuno subir el vídeo/homenaje que el nieto del gran Mariano, el compositor, músico y director de orquesta mexicano Gabriel Mores, grabó hace unos años con la versión corta del tema (que es la que se escuchaba en Feliz Domingo).


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