I'm Thinking od Ending Things (2020)

Este artículo, en realidad, debería llamarse: crónica de supervivencia ante una muy mala película pero muy bien actuada. O quizás el título podría ser: "como desperdiciar excelentes actores durante poco más de dos horas y que te aclamen como un tipo genial y tu film sea considerado de culto".

Esta película de título enigmático, ridículamente largo, pretencioso y aburrido, es una regurgitación de un tal señor Charlie Kaufman, del que he dejado de tener total interés en su obra. Sé que el caballero es un respetado guionista, claro, pero acá es como que le agarró un ataque de acidez, reflujo gastrointestinal y cólicos renales mezclados con los delirium tremens provocados, quizás, por mirar lo que hace e hizo Ari Aster en sus horribles films Hereditary y Midsommar, que los dioses universales nos protejan.

Y claro, después que el joven Ari Aster sacudió a diestra y siniestra los sesos de los desprevenidos con las ya patidifusas Hereditary y Midsommar el mundo del cine y sus cercanías ha dejado de ser un lugar sensato y racional.
Cualquier guionista viene de romperse la cabeza con Midsommar, por decir un ejemplo, y pone en Word unas 20 o 30 insensateces desconectadas y ridículas y ya es aclamado por la prensa especializada. ¿ Y que nos pasa a los espectadores... ? Se nos paran los pelos y el corazón con estas bolas de aburrimiento, miedito y tedio onda "Thriller Psicológico".

La película está basada en una novela que no leí. Y además me es difícil decir algo sobre el guión, que además de ser presumido y apelar a la improbable altísima competencia intelectual del espectador, hace que nuestras pobres neuronas deambulen cuan Walking Dead por las inconsistencias de Kaufman ( en triple rol: guión, producción, dirección ) y sus secuaces.

Lo mejor: Toni Collette ( enorme, enorme, enorme ); David Thewlis ( inmortal y genial, un talento gigante como el ego de Cristiano Ronaldo ); y los muy sólidos y competentes actores que hacen la parejita, el extraordinario Jesse Plemons, y la también extraordinaria Jessie Buckley.

Si sobreviven ver esta película significa que poseen una fuerza de voluntad y perseverancia fuera de lo común. Quedaron avisados, che.



Can you Ever Forgive Me? (2018)

Hace un tiempo estuvimos de viaje.

Y por suerte en hotel tenían una muy buena opción de canales de películas.
Entre las que miramos estuvo la maravillosa Can you Ever Forgive Me? 
Creo que con ésta es la cuarta vez que la veo.

Por supuesto, mi opinión no traspasa el tamiz de los gustos personales y por lo tanto lo que escribo no es objetivo.
Melissa McCarthy me parece la actriz mas talentosa de su generación.
Richard Grant es un magnífico actor ( quizás el actor africano contemporáneo mas talentoso ).
Y por no ser menos me gusta mucho la manera de filmar de Marielle Heller. Ya tengo vistas las 3 películas que filmó como directora.
Quizás el punto principal de la película es ese: Heller fue actriz, sabe cómo los actores se mueven frente a una cámara y los protagónicos fueron elegidos en función binómica: McCarthy/Grant rompen las escenas, saltan el muro de la historia en sí misma y se tragan completo el guión... que no es lo mejor que tiene el filme pero este dúo lo salva gracias a la gran mano de Heller y la capacidad dramática de ambos actores, como ya dije.

La historia es fabulosa y viene a cuento, también, para los que somos aficionados al coleccionismo y soñamos, algún día, con algún 'certificado de autenticidad' en tal o cual objeto.
Básicamente la película se basa en el libro homónimo de la escritora Lee Israel, quizás la falsificadora de cartas de famosos más experta y políticamente incorrecta de la historia moderna. Leí el libro luego de la película, y les aseguro que es una lectura deliciosa. Israel, en su relato autobiográfico del episodio, echa por tierra el 'negocio' de los certificados de autenticidad. Pues todas las cartas que ella fraguó contaban con su correspondiente certificado que daba fé de lo ' auténtico'. Israel escribió su libro contando sus 'hazañas' y nos corre el velo del submundo del coleccionismo y sus internas y controversias. Por supuesto esta escritora tuvo sus problemitas con el FBI; pero a ella nada ni nadie le ha quitado el 'mérito' que sus cartas fake hayan aparecido como fuente de consulta para distinguidos investigadores, en bibliografías recomendadas y hasta ensayos y revistas especializadas.



The Laundromat (2019)

Steven Soderbergh es de esos tipos que hacen lo que se les canta, como se les canta y cuando se les canta.

Uno de los muy pocos.
Soderbergh no es un prolífico; tampoco un director y productor masivo y con altas cuotas de mercadotecnia, ni luces del Jet Set, ni asesores de imagen pupulándole a los metros. Es un hombre que decidió desde su adolescencia transitar la industria cinematográfica y televisiva como ha querido: filmar cuando, como y lo que quiere.

The Laudromat es un docu-drama fenomenal en cada fotograma.
Nunca mejor contado el proceso de cómo se lava dinero y con la impunidad que dan los grandes estudios de abogados/contadores y expertos en finanzas atrincherados en paraísos fiscales que con sus guantes blancos y la complicidad de muchos lavan, lavan y lavan ingentes sumas de dinero del mundo entero y el resto de nosotros, los mortales que tenemos las espaldas y sesos y manos ya cansadas de pagar cuentas e impuestos... a seguir pagando y trabajando por los siglos de los siglos.

La modalidad, la forma y el 'cómo se hace' para robar, ocultar y/o estafar y de cómo estas sociedades paraisofiscaleras son tan aceitadas y tan casi perfectas ( en un plif plaf dejan a miles de personas sin ahorros; o crean de la nada compañías de seguros o inversiones que resultan ser malversadoras de depósitos y acciones de terceros... ) tiene tres relatores ficcionales (o no tanto) en el film: los impecables Antonio Banderas, Gary Oldman ( como si fuesen Mossack & Fonseca - los dueños/cerebros de la llamativa y escandalosa 'consultora' panameña que saltó a la triste fama internacional a partir de los Panamá Papers- ) y Merryl Streep ( por un lado interpreta a una damnificada en un accidente de un bote; por otro lado se pone en la piel de una 'prestafirmas' para Mossack & Fonseca; y finalmente actúa de sí misma ).

Soderberg da clase magistral de cómo se arma, dirige y produce un docu-drama.
Ya la vi unas 10 veces.
Y en mi opinión ( diletante, como siempre ) es una obra maestra.



Stranger than Fiction (2006)

Stranger than Fiction es ese tipo de película que necesita varias vistas, y cada vista vale la pena. 
Es como que uno la va digiriendo por etapas.
La película, por si no lo adivinaron, tiene toda mi aceptación y admiración.
Recuerdo que la primera vez que la vi me dejó boquiabierta. Una maravilla.
Y aún hoy me parece una de las mejores comedias-ficción que recuerde.

Toda la película es maravillosa, desde la dirección, a cargo del caballero que también fue responsable de World War Z, Herr Marc Foster; pasando por el guión (no recuerdo el nombre del creador/a; pero es excelente); y por supuesto los actores : elencazo de lujo lujoso. Desde el gigantesco Dustin Hoffman; la super Queen Emma Thompson; otra Queen, pero Latifah, Linda Hunt (ella no podía faltar); la más talentosa de la tradicional familia artística Gyllenhal, Maggie, la indiscutible; y Will Ferrell, que no me gusta como actua, pero acá está recatado y lo hace bien.

Y ahora les tiro algunas líneas del argumento: ¿Se pusieron a pensar qué pasaría si al final de todo ustedes tienen una vida en la ficción y se materializan a partir de la imaginación de una escritora paranoica, fumadora empedernida y sin inspiración...?
¿Alguna vez escucharon que alguien les habla al oído, que les cuenta lo que hacen y lo que no hacen y que además les comenta cuando morirán...?



Endeavour (9 temporadas, 36 episodios, 2013-2023)

Posiblemente, y por una cuestión de edad ( los mayores de 40 ) quizás haya fanáticos de la vieja serie inglesa y policial de los '90 "Inspector Morse".

En ella se dá cuenta de un muy particular detective de la policía de Oxford al que le gustan mucho las damas, la bebida, el buen vivir, y poco hace para resolver casos policiales. Que al final, y de mala gana, los resuelve. Morse ha sido y sigue siendo un poco la antítesis de los típicos investigadores ingleses abocados a su trabajo y que no tienen defectos. Morse tenía todos los defectos, y todavía mas. Y eso quizás atrajo audiencias, y las sigue atrayendo.

Por suerte y por gracia de que las precuelas están a la orden del día, hoy podemos disfrutar de Endeavour, o de aquel período en los '60 cuando Morse era solo un muchacho que no había logrado egresar de los Colleges de Oxford ( pero igual Morse tenía todo el glamour oxfordiano como cualquier egresado ) y que ejerce su actividad policial sin desmerecer la compañía de señoritas, música, fiestas y bebidas espirituosas ( bebe todo lo que se le pone delante ). Endeavour Morse está bajo la tutela de un veterano policía de mano dura y un poco chapado a la antigua ( el Inspector Thursday ) que se las ingenia para que el joven Endeavour aprenda poco y mal, y que aprenda incluso todo aquello que no debería aprender.

En cuanto a la historia: está basada en libros que no leí y bajo el paraguas ficcional del escritor Colin Dexter, de quién nada conozco.
En esta precuela el personaje de Morse está interpretado por Shawn Evans, del que tampoco nada sé. Pero mister Evans le dá buena entidad y juego dramático al personaje.
Lo que mas me impresionó de la serie, que tuvo muy exitosas 9 temporadas, es la reconstrucción de época. Impecable.

Por último una aclaración: si no gustó el Inspector Morse de los '90, este Endeavour no gustará.
Y si alguno de ustedes no vio el show en los '90, medio que muchos de los guiños y detalles que se cuentan en la nueva serie no se entenderán.





Helene Vogelsinger y su proyecto de cortos con musicalización modular Forgotten Futures

El otro día me preguntaron qué músico electrónico me gusta y respondí, sin titubear, que me encanta la cineasta francesa Helene Vogelsinger, que además es diseñadora y creadora de sonidos, compositora y experta en música modular y electrónica.

Helene está en pleno desarrollo de una serie de siete cortos musicalizados por ella misma, llamados Forgotten Futures, en los que desarrolla vídeos y composiciones musicales compuestos a partir de sustratos y colchones rítmicos en los que el eje motivacional e inspirador es la derruida ingeniería y arquitectura soviética que aún queda en pie. Helene visita edificios y estructuras situados en varios países que alguna vez estuvieron tras la cortina de hierro, y en los que la nostalgia, lo remanente de un sistema fallido y el futuro trunco en un áspero pasado se anclan en un colchón de sonidos y matices sintéticos.

Aquí les dejo el vídeo de la sesión dos de Forgotten Futures:



A Longe o Mar, mi canción preferida de Madredeus

El fado y mi persona se han relacionado íntimamente desde tiempos en los que mi memoria se pierde. Es como que mi alma y el lamento portugués están hilvanados. Y es un poco así: mi bisabuela fue portuguesa, y mi abuela, habiendo mamado esa cultura de pequeña, gustaba mucho de comprar vinilos de fado.

En mi adultez viajé varias veces a Portugal, y allí aproveché a escuchar fado en todo su esplendor y facetas. Me imbuí del fado de Porto, el de Lisboa, el del mediterráneo, el de Coimbra, los regionales. Todos ellos diferentes, pero con la misma raíz: la soledad, la tristeza, la añoranza, la mística de la tierra que se extraña y las relaciones que se desvanecen y pierden. El fado canta al alma, las montañas, al agua, la tierra, los ojos, la amistad, los cuerpos idos y llegados, la melancolía, la vejez, la fraternidad en la lucha y la carencia. Y todo ello me conmueve y me fortalece. Mi grupo preferido de música portuguesa es Madredeus, que no es esencialmente un grupo de fado, pero es como si lo fuera. Y mi tema preferido de ellos es Ao Longue o Mar.



Quemarás, canción de WOS cantada junto al Indio Solari

Los choques de planetas musicales existen, y vaya que son extraordinarios. Porque no hace falta que un creador esté en comunión con otro, o que estén de acuerdo, o que sigan la misma línea compositiva, tónica y argumental. A veces solo es necesario el amor, el respeto y el espíritu de querer hacer algo juntos y compartirlo para que vibre la vida, la cultura y el universo. Sigo al Indio Solari desde que me acuerdo. Primero desde su carrera junto a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y luego su etapa solista y con sus grupos. Y si bien es cierto que el rock o el pop no me emocionan, la música del Indio siempre me apuntó al corazón. Desde hace unos años, también, lo acompaño junto a millones de almas en las instancias de su dolor, decaimiento y encierro. Con Wos me une el amor por su descarada improvisación, el talento musical y compositivo, su capacidad de crear atmósferas y situaciones que de otra manera no experimentaría ni viviría, y la versatilidad para adaptarse y reciclarse. Si debo resumir mi sentimientos para con los dos, diría que han logrado sacar de mí lo mejor de mi existencia, mi calidad humana y mi constructiva soledad. Y eso es muchísimo. Hace unos meses el Indio y Wos cantaron un tema juntos. Y mi alma cuan volcán saltó con lava amorosa por todos lados, salpicando incluso mis lecturas, mis escrituras en todas sus fases, la música que compongo y el arte que ejercito. Sé que a muchos les pasó lo mismo. Y gracias a los Dioses, ese magma exquisito sigue devorándome amorosamente mientras escribo estas palabras. Quiero quemarme, sí, quemarme en la letra, garra y compases de esta canción. Y que suene hasta la eternidad.



Catriel & Paco Amoroso en el Tiny Desk, ciclo de NPR, show de octubre de 2024

En octubre de 2024 ocurrió algo extraordinario en el prestigioso y excelso canal de Youtube NPR, muy famoso por sus descontracturados y geniales conciertos en sus oficinas de Washington DC. Estos mini conciertos muy íntimos y minimalistas se han dado en llamar Tiny Desk Concert.

Pues bien, durante ese octubre de 2024 salió al aire en el canal de Youtube NPR el set de 17 minutos de Catriel & Paco Amoroso, dos muchachos argentinos inclasificables y sin género musical que los contenga. Catriel y Paco no eran desconocidos en la escena musical argentina, antes al contrario; pero la dimensión que cobró el show a nivel mundial traspasó todos los pronósticos y expectativas. Ese vídeo ya tiene 23 millones de visualizaciones, y sigue sumando. De pronto, y ante los ojos y oídos atónitos de la audiencia de NPR, que es mayormente de habla inglesa, dos chicos desenfadados, distintos y relajados cantando en un absurdo español dieron una clase magistral de cómo hacer música Funk, Jazz, Trap, Bossa Nova, Pop, Indie y Tropical sin despeinarse ni inmutarse. ¿Se puede dar una clase de música a nivel académico en 17 minutos ejecutando 7 estilos diferentes? Estos chicos demostraron que sí. Catriel y Paco son músicos de formación académica (uno en la guitarra, arreglos y composición clásica; el otro en violín y batería); ambos se conocen y están juntos desde los 6 (y ya pasaron los 30 años); ambos saben tocar casi todo tipo de ritmo y género que se les ponga delante; y ambos no dudan en experimentar y jugar con plataformas, sonidos y mezclas. Hoy día poseen un proyecto de música robótica, antes tuvieron un grupo de rock, y antes de eso deambularon por el folk, el jazz, y todo lo demás. Deseo aclarar eso que dije del absurdo español: quizás lo único criticable de las canciones que tocaron y cantaron en el Tiny Desk es que son algo tipo letra reggaetonera y muy insípidas e insulsas. En mi opinión, las letras banales que dicen poco y nada sirven para descontracturar y salirse un poco de los mensajes y metamensajes que ya a veces hartan un poco. Estos muchachos son el paliativo ideal a una sobredosis de Bob Dylan, cantautor que dice mucho todo el tiempo y baja línea desde hace más de 60 años, y cuyo discurso ya me tiene hasta la coronilla. Aunque no lo crean, pero créanlo, el Tiny Desk de Catriel y Paquito, que en realidad se llama Lucas, está considerado el mejor de la historia de NPR.
Que así sea.



Ghost Riders in the Sky, la canción western más famosa

Hace algunos años y para Navidad me regalaron un libro curioso: Ghost Riders in the Sky, escrito por Michael Ward.

El libro cuenta una historia que en USA es muy conocida y está relacionada con la canción western mas famosa, la mas aclamada y mas versionada y su autor, Stan Jones. La canción es la maravillosa Ghost Riders in the Sky. Que también es conocida como Riders in the Sky, Ghost Riders o A Cowboy Legend.
Este maravilloso tema tiene mas de 500 versiones (contando 2024 inclusive) y solo teniendo en cuenta las de USA.
La canción a veces se la versiona con letra y música o solo música.

Stan Jones escribió la canción en 1948 y la grabó a fines de ese año mientras aún trabajaba como Ranger en un Parque Nacional.
El suceso de la canción fue de tal magnitud que pronto le llovieron contratos de Hollywood (para música de películas western) y discográficas.

Les dejo la versión original, tocada y cantada por Stan Jones en 1948. Y la de Johnny Cash en 1979.







Sparring Partner, mi canción preferida de Paolo Conte

Paolo Conte no es una estrella internacional de la música, pero lo merecería.
Paolo compone, toca el piano, canta (todo a la italiana, ya saben) y produce maravillas que deberían estar en el podio de lo mejor de la música melódica europea. Combina bastante bien sus canciones rítmicas y pegadizas con jazz, bossa nova y un toque de canzoneta napolitana.
Conte es un grande, un indiscutido en Italia, como Renato Zero, Zucchero, Fabrizio de André y otros. Posee muchas condecoraciones y reconocimientos en Italia y Europa, pero fuera de esos ámbitos es un virtual desconocido. 

Paolo compuso centenares de temas. Y el que dejo aquí es mi preferido: Sparring Partners.









Gloria, mi tema preferido de The Hombres

Entre el casi infinito universo de bandas de garage yankis de los '60 siempre destaco a una: The Hombres.

The Hombres era una banda de rock del sur profundo estadounidense. Y tan pronto como logró un par de éxitos se disolvió.
El nombre de la banda no dice nada, ya sé. Y encima editaron un solo álbum larga duración. La banda se disolvió en 1969, hace ya mas de 50 años.
Pero a los que pasamos el medio siglo solemos reconocer dos temas que han sido una marca de agua de la canción universal en la última parte del siglo XX: Gloria ( que no era de ellos ) y Let All Hang Out ( el tema, en realidad, tiene varios títulos, y se parece rítmicamente a Gloria).
A modo personal me gusta muchísimo el tema Gloria tocado y cantado por The Hombres, me gusta mas que la versión original de Van Morrison. 



La Danza de Los Mirlos, mi tema preferido de Los Mirlos (todo muy redundante, ya sé)

Estuve sopesando con qué obra sonora empezar el año 2025, y me he decantado por la cumbia psicodélica peruana. Quién me conoce sabe que mis preferencias no pasan por el rock, blues o el pop sino por la cumbia, la bossa nova, la salsa y el mambo; el tango, el folklore del continente americano, la música melódica y la música clásica.

Con respecto a la cumbia psicodélica peruana (también llamada cumbia psicodélica amazónica o chicha) puedo decir que aparece a fines de los años ´60 en Perú, el mismo país donde nació la música punk (no así, el movimiento). Y si bien en un principio la cumbia psicodélica no ha tenido el favor de los públicos supuestamente cultos y distinguidos, hoy se la estudia, revaloriza y reivindica en este azaroso siglo XXI. El vídeo que verán es del grupo Los Mirlos (que sigue activo) y el tema (que es mi preferido) se llama La Danza de Los Mirlos, tema compuesto por el brillante guitarrista del grupo Gilberto Reategui.