Bienvenidos a un espacio de contención, respeto, suma, ponderación y crítica constructiva sobre diversas expresiones musicales, cinematográficas y audiovisuales que se cruzan por el universo. Esta serie de artículos ya fueron publicados por mí en otras plataformas digitales e impresas, por lo tanto el objeto del blog es de compilación, resumen y selección.
Creo que este documental es ampliamente conocido en el ámbito de la relojería, pero quizás no es popular fuera de ella.
Trata sobre los adentros y afueras de uno de los genios relojeros mas importantes de todos los tiempos, alguien a la altura de Breguet: nada mas ni nada menos que el recordado y admirado George Daniels. Y junto a Daniels otro monstruo de la horología universal, su humilde aprendiz, Roger Smith. Técnicamente hablando creo que el director David Armstrong ( desconozco el resto de su producción cinematográfica ) logró un muy buen documental. Posiblemente quedó muchísimo material afuera por Daniels; que era un personaje fascinante y muy rico en anécdotas e historias; y Smith, por su propia historia y su interacción con el gran maestro. Me gusta la narración, creo que se eligió bien a John Rhys Davies.
Deseo comentarles que Linda ya hace unos años se retiró de los escenarios.
Anda mal de la voz, del corazón, de casi todo.
La vejez la está tratando mal a mi querida y admirada Linda.
Pero hoy, así y todo, me dio un alegrón, mi querida Linda Ronstadt.
Es que me puse a escuchar esta maravilla de disco que grabó hace ya muchos años: Canciones de mi Padre.
Que es el disco donde canta, en nítido y puro español y a la mexicana, las canciones que amaba tu padre, ese papá que tanto quiso.
Amo este álbum, me parece una obra maestra.
En este disco Linda quiso rendir tributo a su papá, un descendiente de mexicanos hecho y derecho; y también le rinde tributo a su segunda patria, México.
Linda ama a México; es que lo lleva en la sangre.
Y se nota, a que sí.
Elegí el tema La Cigarra, que es increíble, está interpretado maravillosamente bien, y me hace poner la piel de gallina.
Deseo mostrarles un cine de los de antes, con pantalla de las de antes, y sonido del de antes.
Un cine que se llama Jean Cocteau. Cuya ubicación es especial, su dueño es especial y a la vez el cine es mas que un teatro, una biblioteca, un bar, una cafetería, un espacio cultural, una galería de arte, un punto de encuentro de la movida social y cultural de la capital del estado de New Mexico, Santa Fe. El Jean Cocteau una estrella por sí mismo, y verán por qué.
En el Jean Cocteau se puede disfrutar de unos tragos o un café mirando cuadros de artistas locales y estar ojeando libros autografiados por el escritor y dueño del cine y Alma Mater de Game of Thrones, George R.R. Martin; y por supuesto se puede ver películas clásicas, independientes o extrañas en pantalla de tela muy sencilla y con sonido de los equipo acústicos muy rudimentarios usados en los '70; o pueden participar en una conferencia de autores, escritores o artistas de renombre internacional y poder compartir charlas y debates, seminarios o una fiesta con amigos; o concurrir a los espectáculos de magia, vodevil, stand up; o presenciar disertaciones o coloquios en los que el propio George R. R. Martin está presente. Es común en el pueblo verlo a Mr. Martin vagabundenado por ahí.
Este presente del Jean Cocteau ha tenido un pasado azaroso, sin embargo.
El cine nació con el nombre The Collective Fantasy en 1976 bajo el ala protectora de 4 soñadores enrolados en el hippismo: Lynn Cohen, Mary Hether, Anne Lewis y Richard Szanyi. La programación era risueña y muy amateur. En 1983 el cine cambia de nombre y dueño. El Jean Cocteau prende sus luces al amparo de Brent Kliewer quién luego vendió a la empresa Trans-Lux que lo regenteó hasta su cierre en 2006. Y gracias a George R. R. Martin es que el cine vuelve a abrir sus puertas en 2013. Martin decidió conservar el mismo nombre 'Jean Cocteau' para esta nueva etapa del complejo cultural cuyo edificio fue remodelado y embellecido y otorgándole a la sala una nueva programación, nuevo espíritu y misión. Martin le ha infundido al Jean Cocteau un nuevo empujón por la divulgación del cine independiente, clásicos y rarezas; y los espectáculos en vivo, conferencias y multiespacio para eventos.
No soy Dylanista, tampoco amante de las canciones protestonas.
Pero algunas canciones de Bob Dylan me gustan, y algunas canciones de protesta también.
La historia de esta canción, llamada Hurricane, es bastante conocida. Cuenta la historia de un boxeador, Rubin "Hurricane" Carter, que es acusado y encarcelado en 1966 muy probablemente de manera injusta por un crimen, que se cree, no cometió. Dylan fue valiente e insistente en sostener la inocencia de Hurricane, hasta llegó a visitarlo en 1975 en la prisión en la que Carter estuvo convicto 22 años. Dylan escribió, junto a su amigo el compositor Jacques Levy, esta canción que ha tenido unas 5 versiones del propio Dylan con diferentes letras. La letra fue cambiando por motivos legales: algunos de los testigos del crimen por el que fue acusado Carter amenazaron con calumnias a Dylan y Levy, forzándolos a reescribir la letra. Como los testigos no quedaron conformes, y debido a otras presiones ejercidas por la compañía grabadora y de otras entidades, Dylan y Levy reescribieron una y otra vez la letra hasta que casi todos quedaron conformes. Menos Dylan.
Les dejo la versión original para que la escuchen.
El tango es uno de mis géneros musicales favoritos, y también, uno de los que más disfruto.
El tango es inclasificable, muta y se dispersa en infinidad de versiones, de interpretaciones y de variantes.
El tango se tuerce, se contornea, se revuelca y muta; pero no se rompe.
Y ha sido en el tango que encontré un enorme refugio, un modo de expresión y de deseo.
Suelo escucha tango mientras escribo, o trabajo, o me relajo.
Es casi imposible enumerar a quienes admiro y me parecen dioses laicos y mitológicos rioplatenses en el universo tanguero. Lo que sí puedo asegurar, es que uno de los dioses tangueros que venero es Mariano Mores.
Hoy tuve ganas de escuchar Luces de Mi Ciudad, que es un tango marcha compuesto por Mores en 1958 y con letra de Petit e Iturraspe.
La verdad es que tuve ganas de postear la versión completa del tango; pero me pareció muchísimo más oportuno subir el vídeo/homenaje que el nieto del gran Mariano, el compositor, músico y director de orquesta mexicano Gabriel Mores, grabó hace unos años con la versión corta del tema (que es la que se escuchaba en Feliz Domingo).
Libertango es una obra maestra, ¿quién lo duda...?
Libertando se grabó por primera vez en Italia en 1974. El maestro Piazzolla esta allí un poco para alejarse de las críticas de los puristas tangueros que, cuándo no, decían que el tango debía mantener sus estado "puro".
Piazzolla tenía un rígida formación en música clásica y se estaba animando a la fusión del tango con jazz, bossa nova, grandes orquestaciones sinfónicas, pop, rock, el uso de sintetizadores ... un investigador, digamos.El tema años mas tarde tiene un agregado de letra por el poeta Horacio Ferrer.
Y todo lo demás son covers, versiones y homenajes. Y de allí a la eternidad.
Dicen que hay mas de mil versiones de Libertango dando vueltas.
Pero en honor a su creador, les dejo el video de la versión original interpretada en 1977 y con la participación del genial Astor y sus músicos.
Imagen de Flickr bajo licencia de Creative Commons
Resulta que el 24 de enero de 2024 uno de mis canales de Youtube cumplió 5 años. Y para festejarlo, pues escribí en la sección "Comunidad" un texto alusivo al festejo.
En es escrito le contaba a quienes leyesen el posteo que luego de 5 años poseo solamente 500 suscriptores; y a contracorriente del algoritmo que me ignora (y también yo lo ignoro) soy como la nada; una nada que piensa, resuelve y genera sin esperar que otros se den cuenta que lo que hago lo hago por mí, a mi gusto, a mi tiempo.
También dije que voy, siempre, más allá de la creación, más allá de la conciencia y de el armado conceptual de un tópico determinado. Como bien dice mi mejor amiga: "vos sos el dínamo; y a partir de allí, todo fluye".
¿Qué suena egoísta...? Puede ser: lo que escribo, grabo, digo y dibujo lo hago por mí y me tiene que gustar y convencer a mí; y si luego ello gusta a otras personas, pues tanto mejor.
Para festejar los 5 años y los 500 suscriptores de mi canal, entonces, posteé unas pocas palabras y que estaban referidas a cómo nació mi relación con la música. Que es la historia de una nena (en los '70) a la que no le interesaba que la sigan; que no me interesaba deslumbrar, polemizar ni destacar.
Pero mejor, voy a la historia.
El primer disco que tuve en mi vida (tendría unos 6 o 7) me lo regaló mi abuelita. ¿Y qué creen que me regaló? Pues Vinicius, Maria Creuza y Toquinho en La Fusa. Mis padres, horrorizados, creyeron que no era música apropiada para una nena y que yo necesitaba algo mas "light" e infantil. Pues no: mi abuelita insistió que era música para educar, porque mi abuelita pensaba que la música y los libros eran artículos de primera necesidad (justo ella lo decía, que no había terminado la escuela primaria pero poseía una enorme cultura a base de lectura).
Ese disco (y otros discos...) marcó mi destino.
A Vinicius le siguieron Maria Callas, Frank Sinatra, Nino Bravo, Mozart, Los Jaivas, Ramona Galarza, El Trío Los Panchos... Y todo ello antes de mi adolescencia.
Y qué decir de los libros: gracias a mis padres y abuelita, que alimentaban mis neuronas de voracidad incontrolable, antes de la adolescencia mis lecturas ya habían dado cuenta de Thomas Mann, Hermann Hesse, Borges, Bioy Casares, Emile Zola, Hemingway, Joseph Conrad...
Todo influye para la construcción como ser y como comunicador.
Y mis influencias son tatuajes imborrables y arterias vivas que se notan y sumergen una y otra vez en el pastizal de lo que hoy es la Comunicación de Masas. Voy a dónde casi nadie va, hago lo que no interesa ni repercute; escribo sobre cuestiones que no son populares.
Pero no me importa: me gusta lo que hago, y eso es suficiente.
Vengo del tocadiscos y de la máquina de escribir.
Y hoy estoy aquí, con blogs, libros, y Youtube.
Mañana no sé, ¿quién sabe?
Me ronda por la cabeza de volver a la máquina de escribir; y también me ronda la cabeza perderme entre renglones y tiza y transformar esa energía inclaudicable con la que nací en un collage metafísico y transformador.
Les confieso: del festejo no se enteró nadie, pues nadie me felicitó, nadie me saludó; nadie hizo el menor esfuerzo para comunicarse conmigo y decirme: che, Gabriela, te felicito, en verdad. Y entonces hice un festejo íntimo en el que me felicité a mi misma. Y qué mejor que poner una y otra vez mi canción preferida de Vinicius de Moraes, Maria Creuza y Toquinho, llamada Canto de Ossanha, la misma que tocaron en La Fusa y quedó inmortalizada en ese disco.
Quién me conoce sabe que alguna vez tuve la fantasía de ser músico.
Soñé con ello; quise vivir, respirar y tragar música y que sea mi forma de vida.
Pero ese sueño terminó cuando me di cuenta que no deseaba repetirme, no deseaba tocar siempre lo mismo ni ser parte de prácticas y ensayos interminables y aburridos.
Los años pasaron; y otras cosas también pasaron.
Muchas veces me han preguntado qué tipo de músico me hubiese gustado ser; y no podía responder porque no encontraba un espejo en el que me pudiese mirar. Y ese espejo lo encontré hace unos años, y de la forma más inesperada: Juana Molina.
Me hubiese encantado ser cómo Juana Molina.
Ella crea su dinámica y espacio musical por fuera de lo comercial, generar sus propias texturas, distorsiones y densidades rítmicas; construye su carrera artística a partir de su enorme capacidad de composición, amalgama y soltura creativa; y delinea y modela notas y contrapuntos únicos que a veces no hacen caer en trance; cual mantra regalo del universo.
Juana Molina es músico para músicos; ella es magma volcánica y maná divino; es cultura y es inspiración. Muchísimas gracias, Juana.
Me hubiese encantado ser como vos; y hacer lo que vos hacés.
Y ya que hablé de espejos: Un Día es uno de esos temas de Juana Molina que me conmueven (y el que me conoce, sabe por qué).
Pocos músicos en este planeta pueden vanagloriarse de tener una carrera musical tan exquisita, prolífica e interesante que supera los 50 años ininterrumpidos. Y uno de esos músicos es Graham Nash.
Nash empezó su carrera musical (que ha alternado con la fotografía) en 1958; y en 2024 sigue componiendo, cantando y haciendo giras. Su muy dilatada y prestigiosa asociación con la música empezó en Inglaterra, cuando integró la famosísima banda The Hollies; y llegó a la cúspide con el trío Crosby, Stills & Nash.
Nash es un adelantado en muchos aspectos: en la manera de encarar una composición, en la forma de cantar, en su labor como coleccionista y fotógrafo; e incluso, es un adelantado y visionario en el uso de nuevas tecnologías en el arte y la música.
Graham Nash y yo compartimos mucho: nuestro amor por la fotografía, la música y el coleccionismo. Y además, compartimos nuestra condición de inmigrantes (y por lo tanto, nuestro trato continuo con personal de Inmigración). Nash hizo poesía donde hubiese sido imposible: y sino, escuchen el tema (y/o su traducción, que no tienen desperdicio).
Demás está decir que este es mi tema preferido de Graham Nash.
En el mes de enero de 2024 vi La Sociedad de la Nieve.
Peliculón.
Peliculón con una banda de sonido maravillosa.
Michael Ciacchino ya ha dado muestras de su maestría musicalizando y componiendo bandas de sonido para otras películas, pero me parece que el pico máximo de su carrera llegó con esta producción española que competirá por los Oscar a la mejor película extranjera en 2024.
La película es excelente, pero... tiene algunos errores de producción increíbles: se usan palabras que no existían en el léxico uruguayo de la época, y algunos actores batallan mucho con el acento uruguayo y les sale el argentino del siglo XXI.... Digo yo: ¿Con tan costosísima producción, nadie se fijó sobre las palabras que se usaban o los acentos y entonaciones...?
Pero basta de cháchara por mi parte. Les dejo Leitmotif de esta película; que seguro, hará historia.
Imagen bajo licencia de Flickr (Creative Commons Licences)
El domingo 14 de enero de 2024, falleció Eduardo 'el zurdo' Roizner a los 84 años.
Quizás a algunos el nombre no les diga nada, y es entendible.
Fue un músico de bajo perfil, muy discreto; un profesional de una versatilidad increíble.
Sus comienzos no habían sido con la batería sino en el violín; también sabía tocar el piano, la guitarra y varios instrumentos de viento.
El zurdo Roizner fue baterista de Frank Sinatra, de Vinicius de Morais, de Astor Piazzola, de Mercedes Sosa, del 'Gato"Barbieri; ¡baterista de Les Luthiers! En su cartera de performances se incluye, además, haber tocado repertorio clásico, tango, rock, pop, folklore, bossa nova, jazz... y lo que se les ocurra.
En sus últimos años, integró la banda de Kevin Johansen, ese muchacho de Alaska con acento argentino.
Aquí les dejo un registro memorable: Kevin Johansen, Lito Vitale y el Zurdo Roizner interpretando 'Vecino'.
Los que me conocen desde hace muchos años saben de mi admiración por la maravillosa capacidad compositiva, interpretativa y de producción musical de Jonny Greenwood.
Greenwood es un músico y compositor minimalista, expansivo y delicado. En un mundo en el que todo está saturado y apilado con redundancias, ruido, confusión, y millones de clicks y multiciclos, Greenwood es un hombre del "menos es mas". Sus notas y sonidos son pausados, largos, profundos; su música llena vacíos que el mismo crea y succiona el espacio limpio sin redundar ni martillar.
Greenwood es de la vieja escuela de cuándo la música implicaba creación, belleza, cristal, vida, sencillez, sentimiento, calma, atemporalidad y sutileza. Pocos creadores musicales pueden componer obras de arte incombustibles, simples, diáfanas y claras como lo hace él. Y Greenwood recién empieza de aflorar... ¡de no creer! Lo sigo desde su tierna época de Radiohead, que en mi opinión, es un dato menor en su curriculum.
¡Qué más quisiera yo tener el 1% de su talento musical!
Entre lo último producido por Jonny, me gustaria compartir esta maravilla de banda sonora, que corresponde a la película 'Spencer'.
En esta última nota del año 2023 me gustaría contarles cuál es mi tema favorito de este inmenso artista que mereció estar entre los más grandes de la escena musical folk a nivel internacional: Sixto Rodríguez. Este oriundo de Detroit,y con linaje mexicano, grabó dos larga duración en los '70... y luego desapareció en las sombras por más de 30 años. Sobre su suerte se habían tejido mil y una conjeturas; quizás la más romántica fue que se había suicidado sobre el escenario.
Pero hete aquí que la tecnología, la casualidad y la tenacidad de sus fieles seguidores sudafricanos obraron el milagro de que Sixto vuelva del hueco del olvido donde estaba y se suba a los escenarios nuevamente. En 2012, y a raíz del documental Searching for Sugar Man, muchísima gente alrededor del mundo se encontró de pronto con que existía otro Dylan versión chicano, o que hubiese sido posible disfrutar de otro enorme poeta y compositor de música Folk. El destino, la mala suerte, y no haber tenido los contactos apropiados hicieron que Rodríguez desaparezca de la faz musical, casi como si nunca hubiese existido. Hubo un rescate, claro, pero tardío...
Increíble pero real: descubrí el documental (el mejor que he visto en mi vida); y a Sixto (una gema) en un vuelo desde Italia a Estados Unidos...
Del muy escaso repertorio de Rodriguez me gusta casi todo. Y aquí la crueldad de tener que elegir una sola canción de Sixto; y mi elegida es Crucify your mind, ¡una obra maestra!