Hay parejas compositivas que son inmortales. Tal es caso de Lennon- Mc Cartney; Hammond- Hazlewood, Charles Dumont-Michel Vaucaire: tres parejas compositivas extraordinarias e inmortales que perdurarán por los siglos de los milenios.
Si a una pareja compositiva adicionamos una intérprete magistral nos queda.... una maravilla unánime, fabulosa y exquisita. Edith Piaf sacó fuerzas de donde no tenía para interpretar este agónico " Non, je ne regrette rien" que es un poco una síntesis de su inmenso legado artístico. La canción (música de Dumont, letra de Vaucaire) le llegó tarde, en un 1960 que ya la encontró sin fuerzas, enferma, desgastada y con la gloria que se le escapaba entre los dedos pero que llegó póstumamente, como pasa casi siempre. Creo que Edith no lamentaba ser lo que fue. En todo caso tuvo fuerzas de decirlo ante un público que azorado y entristecido sabía que la artista estaba despidiéndose.
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