Halo of Fliers: mi canción preferida de Alice Cooper




El gran Alice fue algo así como el gran generador de propuestas musicales y estéticas en el generoso espectro de la música moderna de los ´70,´80 y ´90.
Con él nace el heavy metal (cuenta la leyenda); aunque para mí el heavy metal nace con Black Sabbath. Con él también nace la necesidad de lucir vestuario, teatralizar los escenarios, dramatizar las canciones, agregar carga visual, brindar el cuerpo al espectáculo. Porque el rock, a partir de Alice Cooper, se convierte en show.
No se sabe quién influyo a quién: Zappa a Cooper.... o Cooper a Zappa. Eran amigos, se admiraban. Puede que cada cual haya aportado lo suyo a esa relación con un denominador común: el sentido del humor.
Porque Alice Cooper se rie de todo, hasta de él mismo. Las veces que ha incursionado en la pantalla grande interpretándose a sí mismo lo ha hecho tomándose a broma los mitos y leyendas sobre él. Que las hay muchas.

Si uno mira los Kiss, los Mötley Crüe, Marilyn Manson, Madonna, las cantantes adolescentes Disneywordianas, Bon Jovi; si le presta atención a las grandes bandas de música disco de los ´70 con ese aire ambiguo y teatral; si se asoma al Glam o a la New Wave encontrará los trazos finos de Cooper que ha marcado tendencia.





Imagen de Wikimedia bajo licencia de Creative Commons (CC)




 

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