La cinematografía norteamericana tiene seres extraños llenos de encriptamientos, dobles interpretaciones y lenguajes figurativos. Esos seres que brillan no siempre esplenden por propia luz sino a través de sus películas fracasadas pero de culto - aunque también por sus éxitos, en algunos casos -.
Los hermanos Coen comparten, en mi opinion, el Panteón de directores de habla inglesa con Cintas de culto junto con Tim Burton ( Ed Wood ) y Christopher Nolan ( Memento ).Porque The Big Lebowski es una Estrella fabulosa en los circuitos de entendidos, fanáticos y admiradores de los títulos cuya originalidad, atractivo kirtch, extrañeza y desarrollo único los consagran en el podio de admirables y admirados.
Al estreno del film no hubo largas colas para verla, fue un rotundo fracaso. La crítica la destruyó y los especialistas la tildaron de delirante. Pero con el correr de los años la cinta no perdió frescura, envejeció como vino gran reserva y empezó a entregar lo mejor de sí: su rebeldía, su entusiasmo, un fresco y atractivo hilo argumental muy bien logrado y con unas interpretaciones fabulosas. Y ni qué decir de los diálogos.... Los Coen saben escribir, saben contar historias y lo mejor de todo: están convencidos de lo que hacen y logran que sus intérpretes luzcan recién salidos del horno a comerse la pantalla.
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